Cómo nuestro ruido altera a las ballenas
Sí, las ballenas también duermen. Pero cada vez menos. Y no se trata de un trastorno de sueño. Se trata del negocio de observación de ballenas. Las empresas quieren brindar a sus clientes la mejor experiencia posible. Colocan sus embarcaciones lo más cerca posible de las ballenas. Esto ocasiona que las ballenas se perturben cambiando su comportamiento. Un equipo de la Universidad de Aarhus en Dinamarca estudió cómo nuestro ruido altera a las ballenas.
Conductas inusuales
El ruido las altera. Se zambullen, cambian de rumbo, nadan más rápido, respiran con más frecuencia. Se dispersan y pueden emitir sonidos diferentes a los habituales. Al parecer hay una explicación: los motores de los barcos son demasiado ruidosos. «A diferencia de los humanos, el sentido dominante en las ballenas no es la vista, sino el oído. Una ballena puede no ver un bote de observación a 100 metros. Pero lo escuchan». Lo explica la australiana Kate R. Sprogis, bióloga de la Universidad de Aarhus. «Por ello tiene sentido considerar esto cuando se estipulan las pautas de observación de ballenas » añade.
Se usaron altavoces subacuáticos y cámaras en drones. Se buscaba descubrir el nivel de ruido de los barcos que hace que las ballenas jorobadas cambien su comportamiento. Los resultados han sido publicados esta semana en la revista científica eLife. El artículo se llama Vessel noise levels drive behavioural responses of humpback whales with implications for whale-watching. Un nombre corto.
Los experimentos se llevaron a cabo en el Golfo de Exmouth, en la costa oeste de Australia. Tiene la mayor población de ballenas jorobadas del mundo. Los investigadores observaron a una madre y a su cría. Desde un bote a 100 metros emitieron ruidos de motor a diferentes niveles. Completaron un total de 42 experimentos de exposición controlada al ruido.
¡Bajen el ruido!
Al 172 decibelios, lo que representa a una embarcación ruidosa, el tiempo de descanso de las madres se redujo en un 30%. Su frecuencia respiratoria se duplicó y su velocidad de nado aumentó en un 37 %. Volvieron a un estado de reposo cuando el ruido del bote se alejó.
Las reiteradas perturbaciones pueden tener consecuencias a largo plazo para las ballenas. Las madres gastan una gran cantidad de energía respondiendo negativamente al ruido submarino. Por eso tienen menos energía para alimentar a sus crías o evitar depredadores.
Las crías no obtienen suficiente leche. En poco tiempo, tienen que crecer y volverse lo suficientemente fuertes para poder hacer frente a la migración a regiones más frías.
Los investigadores concluyeron que el nivel de ruido del motor de una embarcación debería mantenerse por debajo de 150 decibelios. Saber cómo nuestro ruido altera a las ballenas ayuda a introducir este estándar de emisión de ruido. De otra forma, seguiremos interrumpiendo el sueño de las ballenas. Y perjudicando su vida diaria.