¿Cómo pueden las hormigas transportar objetos gigantes para ellas?
Probablemente, hayáis leído que algunas hormigas pueden levantar hasta cincuenta veces su propio peso y recorrer 1 kilometro por día. Sin duda es una de las mayores curiosidades del mundo animal. En este aspecto, han intervenido, lo largo de miles de años, la fuerza de la selección y la propia evolución biológica:
La mayoría de las hormigas obtienen su alimento del exterior, a menudo lejos del nido, y deben llevarlo al hormiguero para alimentar a las larvas u otras hormigas con otras funciones (no transportadoras).
Por eso, este pequeño insecto tiene un cuerpo muy bien adaptado al transporte de cargas: un esqueleto extremadamente liviano, fuertes músculos en la unión cabeza – pronoto (algo así como el cuello de la hormiga), enormes músculos contráctiles que mueven sus mandíbulas y seis patas sobre las cuales puede distribuir el peso que lleva encima.
De esta forma las hormigas pueden transportar la comida sobre su cabeza o aferrada entre sus fuertes mandíbulas desde el lugar donde la obtienen hasta su nido.
Pero clave de esta extraordinaria capacidad está en su tamaño reducido. En esta dimensión, la materia del cuerpo pierde importancia en relación a la fuerza muscular. A medida que el cuerpo aumenta, el peso crece más que la fuerza muscular. De hecho un elefante solo es capaz de levantar un 25% de su peso corporal.
El récord de fuerza –entre las hormigas- lo ostentan algunas especies del género Atta, que pueden levantar 50 veces su propio peso. Una proeza que a escala humana equivaldría a la de una persona de 100 quilos que alzara con sus dientes unos 5000 quilos.
Estas hormigas habitan las selvas de Sudamérica y transportan hojas verdes que cortan de los árboles, hasta sus nidos. Curiosamente no se comen estas hojas, sino que las utilizan para alimentar una colonia de hongos específicos que cultivan bajo tierra, en el interior de su nido. De estos hongos sí se alimentan las hormigas.
Los hongos se nutren de las hojas masticadas que les suministran las hormigas. De esta manera, el hormiguero se convierte en un enorme (para ellas) cultivo de hongos subterráneo. Los hongos necesitan un suministro casi continuo de estas hojas para su supervivencia y debido a ello, las hormigas tienen que acarrear hojas de forma constante e ininterrumpida. Lo pueden hacer más rápido, o bien, pueden transportar más cantidad por viaje. Y al parecer, han optado por la segunda opción.
Pero las hormigas no son los únicos insectos que transportan volúmenes más grandes que ellas, de hecho, la mayoría de los insectos, por su pequeño tamaño, pueden hacerlo. Los escarabajos, por su corpulencia y la dura coraza que recubre sus cuerpos, destacan particularmente. De hecho, el insecto más fuerte del mundo, es una especie de escarabajo pelotero: se trata del Onthophagus taurus, un pequeño escarabajo negro, de apenas un centímetro de longitud, que es capaz de arrastrar 1.141 veces su propio peso. En términos humanos, sería el equivalente de 80000 quilos.