Una de cada cuatro personas estornuda cuando mira al sol, pero aveces es más que un simple estornudo y acaba siendo una molesta serie de estornudos.
Se conoce como reflejo solar de estornudo o estornudo fótico, el nervio óptico que transmite los estímulos visuales que capta la retina) y el nervio trigénimo (que tiene funciones motoras y sensitivas en el rostro) son los que hacen que esas personas estornuden al mirar al sol. Cuando llega mucha luz a la retina sobreestimula el trigémino lo que hace que estornudar. Esta relación también se puede ver en un simple estornudo, cuando estornudamos cerramos los ojos de forma natural.
Una de las referencias a esta curiosa reacción se ve en la mitología griega. Se dice que Prometeo dio a los mortales la capcidad de estornudar, Prometeo le robó un rayo de luz al sol y para que Zeus no descubriera lo que hizo lo guardo en su tabaquera, pero un día, cuando se olvido de que el rayo estaba allí, fue a inhalar un poco de polvo de rapé y por despiste se clavó el rayo en la nariz, lo que le produjo un violento estornudo.
