Los elefantes tienen la piel tan arrugada por una razón evolutiva
En un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Ginebra y por el Instituto Suizo de Bioinformática ha intentado arrojar algo de luz en una duda que lleva desconcertando a los biólogos desde hace siglos: ¿por qué la piel de los elefantes es tan seca y agrietada?
Gracias a la tecnología microscópica y varios modelos computacionales, explican que la piel es un patrón de grietas complejas que hacen posible que los animales se mantengan frescos y, a la vez, se protejan de los parásitos.
«Aunque a simple vista solo se ven arrugas, a nivel microscópico se ve una red intrincada de minúsculas grietas interconectadas», afirma el director del estudio, en declaraciones a la revista Inverse.
«Este patrón de millones de canales permite la propagación y retención de 5 a 10 veces más agua que una piel normal, lo que permite al animal controlar eficientemente la temperatura de su cuerpo gracias al enfriamiento evaporativo», añade.
Los expertos pudieron observar que estas grietas en realidad se encuentran en la capa más externa de la piel, y son cruciales para aprovechar al máximo la poca humedad existente en el seco calor de África. Así pues, cuando los elefantes se bañan, rocían y ruedan en lodo, no solo se divierten, sino que se cuidan de una forma muy eficiente. Además, «absorbe» el barro que protege a estos animales del sol y de los parásitos.
Sin embargo, los elefantes asiáticos no tienen grietas. Este estudio afirma que esto es producto de la evolución, puesto que en el gigante continente oriental existe un clima mucho más húmedo, reduciendo la eficiencia del enfriamiento por evaporación.
Pero los elefantes africanos tienen menos acceso al agua, por lo que necesitan una piel que pueda almacenar agua durante períodos de tiempo más prolongados. No tienen glándulas sudoríparas ni sebo, por lo que el sudor no ayuda a que su piel se mantenga húmeda y flexible.