Descubren que la fauna vuelve a poblar zonas de Chernobyl
Una investigación publicada en la revista Frontiers in Ecology and the Environment ha mostrado, gracias a un conjunto de grabaciones, que la fauna que rodea la Zona de Exclusión de Chernobyl está asentándose en la zona. Un estudio previo del mismo equipo de investigaciones había encontrado que las poblaciones de vida silvestre en dicha zona estaba creciendo a buen ritmo, pero simplemente se basaron en encontrar rastros. Este nuevo estudio, como hemos mencionado, ha utilizado unas grabaciones para confirmar este hecho.
«Los estudios anteriores arrojaron algo de luz sobre el estado de las poblaciones de vida silvestre en la Zona de Exclusión, pero necesitábamos respaldar estos datos», afirma James Beasley, de la Universidad de Georgia y coautor de ambos estudios. «Para este último estudio desplegamos unas cámaras de manera sistemática en toda la sección de la Zona y captamos evidencias fotográficas necesarias para confirmar nuestra hipótesis».
El equipo utilizó una técnica de cámara oculta que, a través de la emisión de ciertos aromas, hacia atraer a los animales de alrededor. Se centraron principalmente en encontrar animales carnívoros, porque a menudo se sitúan en la parte superior de la cadena alimentaria y son buenos indicadores de que hay una salud general de un ecosistema.
«Los carnívoros están, a menudo, en los niveles tróficos más altos de las redes alimenticias de los ecosistemas, por lo que son susceptibles a la bioacumulación de contaminantes», afirma Sarah Webster, coautora del estudio. Eso significa que mientras que los animales más bajos en la cadena alimentaria -como los ciervos- podrían tener menores niveles de contaminación, los depredadores de estos podrían tener niveles más altos, puesto que tienen que sufrir la radiación propia y la de su alimento. «Pocos estudios en Chernobyl han investigado los efectos de los niveles de contaminación en poblaciones de ciertas especies», añadió.
Sin embargo, no encontraron evidencias que sugirieran que estos animales habían sido afectados negativamente por la radiación o por cualquier otra contaminación, ya que los animales que más encontraron fueron lobos, jabalíes, zorros y mapaches. Desplegaron 94 cámaras en una superficie de ma´s de 2.160 kilómetros cuadrados, encontrando que la distribución de los animales no dependía de la radiación, sino de las necesidades más básicas -se sitúan, obviamente, donde encuentran más agua y comida-.