Las plantas «piensan» cuando es mejor crecer
La evolución de las plantas es bastante curioso. Por su naturaleza, supongo que creerás que son de los seres vivos más antiguos; no, los tiburones, por ejemplo, son más «viejos» que los árboles. Además, las flores no aparecieron hasta el cretáceo, y solo a partir de hierba que brotó hace 40 millones de años.
A partir de entonces, las plantas han desarrollado algunos rasgos increíbles, según revela un estudio dirigido por la Universidad de Birmingham, hasta llegar a algo parecido a un «cerebro»; no uno como el que tenemos nosotros, sino un conjunto de células que actúan como «centro de control».
Este conjunto de células toman decisiones clave en las primeras etapas de la vida de la planta, sobre todo en la etapa de la germinación: no crecer demasiado en invierno para no congelarse o hacerlo demasiado tarde en verano y no poder tener el sol necesario para que te tapen otras plantas, por ejemplo.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science, fue realizado con la investigación del berro –Nasturtium officinale-, donde su centro de control se dividía en dos tipos de células: una que anima a las semillas a permanecer y otra que inicia la germinación.
¿Y por qué tienen dos tipos de células en lugar de una? Según los expertos, esto significa que pueden tener una «opinión» diferente de las condiciones ambientales, y la germinación solo se produce cuando el conjunto de la planta llega a un consenso.
«Es como una especie discusión», afirma Iain Johnon, biomatemático involucrado en el estudio. ASí que las plantas, aunque técnicamente no tienen cerebro, actúan como si lo hiciera.