Una vacuna para el acné
Un equipo internacional de dermatólogos ha tratado de dar un paso más para lograr el santo grial de la dermatología: una vacuna contra el acné. En una serie de experimentos hechos en ratones y en tejido humano aislado, los científicos demostraron que el uso de anticuerpos creados en el laboratorio para atacar una toxina producida por la bacteria P. acnes puede prevenir la respuesta inflamatoria que conduce al desarrollo de esta patología.
Hoy en día, el acné se trata con medicamentos tópicos con eficacia desigual según la persona, o con medicamentos orales con efectos secundarios intensos, como el Roakutan, y se sabe que ningún agente previene su aparición.
«Una vez validado nuestro ensayo clínico a gran escala, el impacto potencial de nuestros hallazgos es enorme para los cientos de millones de personas que sufren acné vulgar», afirma el investigador principal Chun-Ming Huang en un comunicado.
Investigaciones previas hechas en este campo han demostrado que una proteína tóxica secretada por P. acnes, llamada factor CAMP, contribuye a la inflamación que produce los granos y quistes del acné.
En este último estudio, estos expertos trataron de confirmar que es el factor CAMP la principal fuerza impulsora del acné en humanos y explorar si una vacuna podría paliar esta problemática. Los resultados en ratones indican que los anticuerpos monoclonales contra el factor 2 de CAMP, una versión de la toxina que parece ocurrir en las cinco cepas humanas de P. acnes, redujeron considerablemente el crecimiento de bacterias en la piel de los animales.
Ahora que se ha podido identificar un antígeno adecuado, el equipo espera crear una fórmula que sea segura para su uso en humanos. Si tienen éxito, predicen que una vacuna u otro tipo de medicamento inhibidor también podría usarse para otras enfermedades asociadas con P. acnes, incluidos los cánceres de próstata, sepsis, síndormes de shock tóxico, infecciones en el corazón, infecciones óseas y varias infecciones postoperatorias.