Era una leyenda. En la isla de Hokkaido, al norte de Japón, se hablaba de una nueva especie de ballena. Los balleneros las llamaban «cuervos». Eran distintas a las demás: más pequeñas, totalmente negras. Se dieron avisos de avistamientos, pero todo quedaba en leyendas y rumores. Hasta ahora.
Un equipo formado por investigadores de la Universidad de Hokkaido decidió investigar. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista Scientific Reports y determinaron que, en efecto, era una nueva especie. La principal diferencia de los individuos adultos es el tamaño, respecto a la ballena picuda de Baird. ha sido denominada Berardius minimus. Seis especímenes de esta especie desconocida se estudiaron en términos de su morfología, osteología y filogenia molecular. Su tamaño promedio es 6,9 metros, siendo que las picudas de Baird miden 10 metros. Las mediciones craneales detalladas y los análisis de ADN enfatizaron aún más la diferencia significativa de las otras dos especies conocidas.
Persisten las incógnitas
«Con solo mirarlos, podríamos decir que tienen un tamaño notablemente más pequeño, un cuerpo en forma de huso, un pico más corto y un color más oscuro en comparación con las especies conocidas de Berardius», explica Tadasu K. Yamada, del Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia.
Sin embargo, B. minimus sigue siendo una incógnita para los científicos. «Todavía no sabemos cómo son las hembras adultas, y todavía hay muchas preguntas relacionadas con la distribución de especies, por ejemplo. Esperamos continuar expandiendo lo que sabemos sobre esta ballena», dice Yamada.
El motivo por el que el nuevo cetáceo no había sido encontrado hasta ahora es que estos animales prefieren las aguas oceánicas profundas. Tienen una gran capacidad de buceo, lo que las hace difíciles de ver y comprender de manera adecuada.
El océano continúa reservándonos sorpresas. ¿Cuánto nos falta todavía saber?
