Un pez fósil con su última comida
Son fósiles de 15 millones de años bien conservados, excavados en un yacimiento del sur de Australia. Muestran la similitud entre un pez antiguo y sus equivalentes modernos. Incluso en los colores. Todo esto se sabe gracias a un pez fósil con su última comida en su cuerpo.
El yacimiento de McGraths Flat, en Nueva Galés del Sur, es excepcional por estar asociado con la actividad volcánica. Las erupciones produjeron basalto. Es la fuente del hierro que posteriormente preservó los fósiles con finos detalles.

Pintando el pez
El Dr. Michael Frese, autor principal del estudio, es un virólogo de la Universidad de Canberra. Investiga los tejidos blandos de los fósiles. «No es necesariamente el pez más atractivo. Pero lo especial aquí es que contamos con la preservación de melanosomas en la piel». Lo dice Frese en un comunicado del CSIRO, la agencia de investigación oficial australiana.
Los melanosomas, las células pigmentarias de la piel de los peces, pueden contener miles de melanosomas. Los melanosomas son pequeños paquetes de melanina. Es el pigmento que da color a los ojos, el cabello y la piel. En los fósiles, estos melanosomas se han conservado como moldes. Cada uno tiene aproximadamente el tamaño de una célula bacteriana.
«Sabemos que cada orificio estaría lleno de pigmento. Podemos reconstruir el patrón de color», afirma Michael. Los melanosomas nos muestran que este pez tenía un sombreado opuesto. Por lo tanto, habría sido marrón o negro por encima, pálido por debajo, con dos rayas laterales. Es una forma de camuflaje que aún observamos hoy en día.

Última comida
Es una oportunidad sin precedentes para comprender los antiguos ecosistemas de Australia. Y la evolución de sus especies de peces. El fósil incluye un parásito que se había adherido a la piel del pez para alimentarse y engancharse. El pez debió contraer este parásito en un río y murió antes de que el mejillón pudiera liberarse de su huésped.
No es fácil hallar un pez fósil con su última comida. Pero en este caso, muchos de los peces fósiles conservan el contenido estomacal. Esto demuestra que los mosquitos fantasma eran un alimento clave. Las versiones modernas de esta especie de pez viven en ríos y arroyos. Pero cuando estos arroyos se desbordan, los peces pueden meterse en billabongs, comer lo que encuentren y regresar al río.
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