Un nuevo método revolucionario para tratar el Alzheimer, a punto de ser probado en humanos
Por primera vez, se pondrá a prueba un tratamiento especial para tratar la enfermedad de Alzheimer: unas burbujas de gas microscópicas excitadas por energía de ultrasonido que rompen temporalmente la barrera hematoencefálica y consiguen eliminar las placas de amiloide. Esta prueba es posible gracias a una subvención del gobierno australiano a la Universidad de Queensland.
A principios de este año, un equipo de investigadores del Queensland Brain Institute publicó los resultados de un estudio que mostraba que su técnica no invasiva revertía con éxito los síntomas de la demencia y disminuía el número de placas en ratones de edad avanzada cuando se combinaba con un agente farmacológico.
«Todos los cerebros cambian con la edad, normalmente haciéndolos más frágiles. Como el Alzheimer es una enfermedad relacionada con la edad, queríamos investigar si nuestra tecnología de ultrasonidos es segura para usar en cerebros más viejos», afirma el doctor Gerhard Leinenga. «Los ratones que tratamos en este estudio serían el equivalente humano de 80 a 90 años de edad. Con el tiempo, se sabe que tienen angiopatía amiloide cerebral (AAC), la acumulación de amiloide tóxico en los vasos sanguíneos».
«Este avance abre temporalmente la barrera hematoencefálica para eliminar las placas tóxicas del cerebro y ha revertido con éxito los síntomas del Alzheimer y restaurado la memoria en las pruebas realizadas en animales», afirma el director del Queensland Brain Institute, el profesor Pakaj Sah.
La barrera hematoencefálica es un blindaje altamente selectivo, formado por células aplanadas especializadas, que envuelve todos los vasos sanguíneos del sistema nervioso central. Sirve para proteger el tejido neural de los patógenos y las toxinas que circulan en el torrente sanguíneo y permite la entrada de gases respiratorios, azúcares y pequeñas moléculas de señalización, como las hormonas. Y aunque la barrera hematoencefálica hace un buen trabajo para prevenir que elementos peligrosos entren en el cerebro, también bloquea la entrada de la mayoría de las drogas y limita el movimiento y la activación de células inmunitarias.
Como consecuencia, el cuerpo es incapaz de limpiar las acumulaciones de amiloide por sí mismo (aunque aún no entedemos por qué se forman) y crear tratamientos que puedan hacer el trabajo de manera efectiva ha sido un gran desafío.
Actualmente no hay terapias aprobadas para el Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia, solo medicamentos que ayudan a controlar los efectos secundarios.
Lo que hacen los investigadores de Queensland es ingeniosamente simple: activadas por la energía del ultrasonido, las microburbujas pulsan dentro de los vasos sanguíneos del cerebro, lo que empuja las células que forman la barrera hematoencefálica. Cuando hay huecos en esta barrera, las moléculas del fármaco y las que estimulan el sistema inmunológico pueden combatir las placas.