El omnipresente plástico. Está en todas partes. En el mar, por supuesto, dentro de los peces y en el agua. Contamina las playas y el planeta entero. Hay partículas de microplásticos en el aire. No hay suficientes personas reciclando como para evitarlo. ¿Qué tal si creamos un nuevo material que recicla el plástico? No, eso no existe. ¿O sí?
Los científicos indios, en colaboración con sus colegas británicos, lo consiguieron. Juntos crearon un material nanoporoso que podría revolucionar el reciclaje del plástico. Y que además interactúa reduciendo el dióxido de carbono. El nombre de este producto es zeolita amórfica. Así es como los investigadores bautizaron un nuevo material que recicla el plástico.
Tiene otras particularidades que lo hacen más interesante aun. Por ejemplo, puede convertir el gas del dióxido de carbono en combustible. Respecto al plástico, es capaz de descomponerlo en elementos químicos.
Las características de esta sustancia se explican en el estudio publicado en la revista Nature Communications. Pertenece a la clase de ácidos sólidos. Este tipo de ácidos tienen destacadas propiedades catalizadoras y podrían reemplazar los nocivos ácidos líquidos que se usan en distintos procesos tecnológicos. Una de sus aplicaciones sería en el cracking de hidrocarburos o alquilación.
El mayor reto para los científicos provenía de las propiedades inherentes de los ácidos sólidos de procedencia natural. Las zeolitas cristalizadas tienen un alto índice de acidez, pero una baja porosidad. Al mismo tiempo, los silicatos de aluminio amorfos tienen propiedades inversas.
Por lo cual, los investigadores se propusieron crear un material que contaría con lo mejor de los dos mundos. Y pensaron en un material que fuera altamente acídico y al mismo tiempo poroso. De tal modo, las propiedades del nuevo material abren nuevas posibilidades. Entre ellas está la descomposición del plástico y del gas de carbono de dióxido. ¿Qué resultaría de esto? Por ejemplo, la obtención de hidrocarburos que se pueden usar en la industria química o como combustible.
Mientras surjan nuevas ideas como esta, nuestro planeta podrá frenar la polución plástica. Esperemos que se haga… antes de que sea demasiado tarde.
