Un estudio no encuentra pruebas sólidas de que la marihuana reduzca el dolor crónico
Investigadores de la UNSW Sydney, que realizaron uno de los estudios comunitarios más largos hasta la fecha sobre la marihuana, no han encontrado un efecto claro para este producto en el tratamiento del dolor crónico no relacionado con el cáncer.
El estudio, financiado por el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica de Australia y dirigido por el Centro Nacional de Invesitgación sobre Drogas y Alcohol de Sydney, descubrió que los participantes que utilizaban marihuana informaron sobre mayor sensación de dolor y ansiedad y que este interfería más en su vida en comparación con aquellos que no usaban cannabis.
El estudio, de cuatro años, es uno de los estudios más importantes hasta la fecha sobre los opioides farmacéuticos y el dolor crónico. Los investigadores examinaron el efecto de la marihuana en el dolor de los participantes, en la medida en que este dolor interfería con su vida cotidiana, y en el uso de opioides prescritos.
El uso de marihuana terapéutica ha ido en aumento en todo el mundo en los últimos años, y el dolor crónico no relacionado con el cáncer es la razón más común que se cita para su uso medicinal. Se ha especulado que el uso del cannabis para el dolor también puede permitir que las personas reduzcan el uso de opioides recetados.
Hasta la fecha, las evidencias eran limitadas: los ensayos de control aleatorizado sobre la marihuana para el dolor generalmente tenían una duración breve, de unos tres meses, y tienden a excluir a los pacientes con problemas complejos de salud física y mental.
Para este estudio, los participantes fueron reclutados a través de farmacias comunitarias y completaron evaluaciones integrales de su dolor, salud física y mental, medicamentos y consumo de cannabis anualmente. Aproximadamente el 80% de la muestra completó cada evaluación. Los participantes habían estado sufriendo dolor durante una media de 10 años y habían tomado opioides prescritos para su dolor durante una media de cuatro años; también, hubo altas tasas de problemas de salud física y mental.
Los resultados, publicados en Lancet Public Health, sugieren que es necesario tener precaución porque no se encontró un papel claro de la marihuana en el tratamiento del dolor crónico en enfermedades que no son el cáncer. Según la autora principal, la doctora Gabrielle Campbell, «para la mayoría de personas, es poco probable que haya un solo tratamiento efectivo».