Fuera estrés. Según explica William H. Frey, bioquímico en el Centro Médico St. Paul-Ramsey de Minnesota (EE UU), las lagrimas que desprendemos al llorar, contienen sustancias estresantes que dañan el organismo, por lo que la finalidad del llanto podría ser eliminarlas para mejorar nuestro estado emocional, desprendiéndolas a través de nuestros ojos.
Contra la úlcera. Margaret Crepeau y gente de la Universidad de Pittsburg (EE UU) han demostrado que las personas que padecen esta enfermedad, que es una patología ligada claramente al estrés, lloran menos que las personas que se encuentran sanas.
Respira despacio. Un estudio realizado con casi 5.000 hombres y mujeres adultos realizado por la Universidad del Sur de Florida (EE UU) ha revelado que en una persona estresada, que tiene el ritmo cardíaco elevado y alta sudoración, el llanto provoca en ella un efecto calmante y ralentiza tanto la respiración como el ritmo cardíaco.
