Tomates modificados para tratar la hipertensión
Sabemos que algunos alimentos tienen propiedades medicinales. Pero, ¿y si no fuera la naturaleza la que produjera esto? ¿Si, por ejemplo, se cultivaran tomates modificados para tratar la hipertensión? Resulta que… ya se está haciendo eso.
Bajando la presión
En Japón se han empezado a vender tomates con un genoma editado. Los frutos contienen cinco veces más ácido γ-aminobutírico que los tomates convencionales. Son buenos para las personas con hipertensión. ¿Por qué? Es que este ácido puede reducir la presión arterial alta.
Los biólogos han intentado repetidamente crear mejores tomates. De forma artificial aumentaban los niveles de vitaminas y antioxidantes. Por ejemplo, lo intentaron científicos chinos y franceses. Con plásmidos insertaban un gen que aumenta su contenido de provitamina A. También incrementaba el carotenoide antioxidante licopeno. No solo eso. Gracias a la tecnología CRISPR/Cas, los tomates durarían más tiempo sin perder su sabor.
En la mayoría de los países, estos tomates modificados no llegarán a las estanterías. Su cultivo y venta están estrictamente regulados. Los inversores europeos tienen miedo de invertir en tomates modificados genéticamente.
La excepción es Japón. El procedimiento es mucho más sencillo y rápido. A finales de 2020 la empresa Sanatech Seeds solicitó permiso a los reguladores. Querían producir y vender sus genéticamente editados tomates, informa The Japan News.
Realmente sanos
Los científicos basaron su nueva variedad en los tomates sicilian rouge. Son muy populares entre los consumidores. Los modificados contienen hasta cinco veces más de este ácido. ¿Cómo lo hicieron? Eliminaron el genoma responsable de inhibir la síntesis del ácido.
Este compuesto no solo sirve como neurotransmisor para el sistema nervioso central. También reduce la presión arterial y disminuye el ritmo cardíaco.
Los tomates modificados para tratar la hipertensión son solo el primer paso. Los científicos creen que esto podría aplicarse a un sinnúmero de fines. No solo mejorarían el sabor de los tomates. Ahora, también, puede proteger la salud de los comensales.