Resonancia magnética y tatuajes: ¿supone un riesgo para la salud?
Debido a la popularidad de los tatuajes en los últimos años, muchos expertos médicos se han preguntado si hay algún problema en exponer la piel tintada a una máquina de resonancia magnética. Y un nuevo estudio ha demostrado que, siempre que se respeten ciertas condiciones, no debería de haber ningún problema.
En los tatuajes se pueden encontrar una gran cantidad diferente de productos químicos, entre ellos hierro o níquel, que responde a los campos magnéticos. La mayoría de los campos son demasiado débiles para tener un efecto notable, pero los MRI son algo diferente. De hecho, muchas personas afirman haber tenido la sensación de que la piel les ardía al exponerse a una resonancia.
Los pigmentos conductores son mucho más comunes que los que pueden magnetizarse. En presencia de un campo magnético que cambia rápidamente, se inducen corrientes eléctricas en materiales conductores. «Los campos de alta frecuencia usualmente tienen una frecuencia de estructuras conductoras de tamaño similar a los tatuajes», afirma el profesor Nikolaus Weiskopf, del Instituto Max Planck. «En estos casos, el tatuaje puede absorber gran parte de la energía del campo de alta frecuencia, haciendo que se caliente. En el peor de los casos, esto puede provocar quemaduras».
No obstante, después de estudiar a 330 personas con un total entre ellos de 932 tatuajes, Nikolaus descubrió que cualquier efecto era demasiado pequeño como para ser observado, y mucho menos causar daño.
Tanto él como sus coautores querían evitar peligros en el estudio, por lo que limitaron el tamaño del tatuaje a 20 centímetros de tamaño y no permitían a participantes con más del 5% del cuerpo tintado. No obstante,la falta de efectos detectables sugiere que los tatuajes más grandes probablemente no representen un riesgo grave.