Está muy claro desde que lo dijera Darwin. La evolución es ese proceso por el cual las especies mutan de acuerdo a su entorno. O sus necesidades. La idea extendida es que este proceso tarda miles de años. ¿En realidad es así? ¿Qué tan rápido sucede la evolución? Según un análisis reciente, en pocos cientos de años las especies puedes evolucionar. El equipo del biólogo evolutivo Axel Meyer (Universidad de Konstanz) publicó el estudio en Nature.
Peces cíclidos diversos
Se recopilaron datos en los lagos de cráteres en Nicaragua. Desde 1980 Meyer estudia los genomas. Aquí analizó especies de peces cíclidos muy jóvenes. A menudo, de unos pocos cientos de generaciones. Se tienen múltiples fenotipos en el mismo lago de cráter. Hay peces con labios pronunciados y sin labios, peces de color dorado y blanco y negro… Estos fenotipos se originaron dentro de los lagos de cráter. Es decir, en la misma zona geográfica, sin barreras externas como ríos o montañas.
No representan nuevas mutaciones originadas de forma independiente. Sino más bien la clasificación y elección selectiva de las mismas variantes genéticas originales, que se han reordenado en los lagos individuales.
Ernst Mayr es conocido por sus contemporáneos como el ‘Darwin del siglo XX’. Ayudó a desarrollar el concepto de especie biológica. Para él, esto sería una indicación de que se trata de una especie por derecho propio. Sin embargo, los nuevos resultados de la secuenciación del genoma sugieren lo contrario.
Más genes, más especies
Se descubrió que el efecto combinado de muchos genes tiene por tanto un efecto más fuerte sobre el desarrollo de nuevas especies. La situación geográfica hace que los lagos del cráter estudiados sean un «experimento natural». Las poblaciones de peces originales se originan en dos lagos vecinos mucho más antiguos, con los que no hay conexión. Esta cadena de lagos de cráter ha sido colonizada por las poblaciones de peces de forma independiente.
¿Cuándo y cómo los especímenes de la población original entraron a los lagos más pequeños? Solo se puede calcular mediante simulación. Pero fue unos pocos cientos y unos miles de generaciones atrás. No había muchos peces que colonizaran los lagos del cráter.
La aparición de nuevas especies puede así, como se demuestra en este estudio, tener lugar mucho más rápido de lo que se pensaba. Meyer compara los lagos con las placas de Petri, todas inoculadas con la misma situación genética inicial. Estas evolucionan independientemente a lo largo de generaciones: «Hay muy pocos sistemas en el mundo como este. Las Islas Galápagos o los lagos de los cráteres en Nicaragua son un experimento natural para la investigación evolutiva. Nos ayuda a entender qué tan rápido sucede la evolución».
