¿Qué ocurre en el cerebro de los alcohólicos cuando se deja de beber?
Un grupo de científicos expertos en el papel de la dopamina en el alcoholismo ha presentado algunas pruebas para determinar por qué a los adictos les resulta tan difícil dejar la bebida; según su publicación, cuando un alcohólico deja de beber, la capacidad del cerebro para usar la dopamina cambia, alterando la forma en que está conectado el sistema de recompensa.
Al igual que otras drogas, se sabe que el alcohol estimula la producción de un mensajero químico llamado dopamina, que activa el centro de recompensa del cerebro. Estudios previos sobre la naturaleza de la adicción han revelado que esta respuesta a la dopamina se reduce significativamente en los alcohólicos, lo que lleva a la necesidad de beber más.
Esta reducción en los niveles de dopamina causa lo que se conoce como un estado hipodopaminérgico, aunque se sabe poco acerca de qué sucede con el sistema de recompensa del cerebro cuando los alcohólicos intentan dejar de beber y entran en un período de abstinencia.
Para investigar este hecho, los expertos comenzaron examinando el tejido cerebral de alcohólicos fallecidos. Descubrieron que estos tenían menos de un tipo particular de receptor de dopamina que los cerebros normales. Llamados receptores D1, estos son los sitios en las membranas de las células neuronales a las que se une la dopamina, lo que provoca que estas neuronas se exciten. Por lo tanto, se esperaría que cualquier reducción en estos receptores disminuyera la capacidad de respuesta del cerebro a la dopamina, lo que explica por qué el alcohol no les satisface a niveles bajos o constantes.
A continuación, los autores del estudio buscaron determinar la secuencia de eventos que conducen a esta situación. Utilizaron radiografías para rastrear los niveles de dopamina en los cerebros de ratas dependientes de alcohol, a quienes se les privó de bebida durante varias semanas. Descubrieron que los niveles de dopamina cayeron durante los primeros seis días, confirmando la teoría de que la abstinencia aguda de alcohol se caracteriza por un estado hipodopaminérgico.
Sin embargo, a las tres semanas los investigadores notaron que los niveles de dopamina eran elevados, transformando el estado hipodopaminérgico al hiperdopaminérgico, lo que significa que los niveles de dopamina son más altos de lo normal.