¿Pueden los besos contagiar la caries?
De la misma forma que los intestinos, la saliva alberga gran cantidad de microbios beneficiosos que, en principio, nos protegen de infecciones. Sin embargo, de vez cuando, algunas bacterias perjudiciales logran instalarse en nuestra boca, produciendo lo que todos conocemos como caries, una enfermedad infecciosa cuyo síntoma principal es la destrucción de los tejidos del diente. Una bacteria llamada Streptoccocus mutans es la colonizadora más abundante de nuestra boca y la principal culpable de que, de vez cuando, tengamos que acudir con resignación al dentista.
Un diente picado se origina cuando microbios como Streptoccocus mutans se adhieren a los dientes y se nutren de los carbohidratos (no solo el azúcar, también el pan, el arroz, etc) que quedan en nuestra boca.
Estos microorganismos cuando se alimentan producen desechos ácidos que con el tiempo acaban acificando nuestra saliva. Y si la saliva alcanza una acidez menor a 5’5, corroe el esmalte y la dentina, los principales constituyentes de los dientes, dando lugar a lo que conocemos como un diente picado.
Cuando, por ejemplo, compartimos cucharas y vasos o, como no, cuando nos besamos, estas bacterias pueden migrar de una boca a otra. Esto quiere decir que las caries, como muchas otras enfermedades infecciosas, pueden transmitirse cuando hay un intercambio de saliva.
El estomatólogo Julián Aguirrezabal, vicepresidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, asegura que la caries, pese a lo que siempre se ha creído, no es una simple lesión en un diente, sino una enfermedad infecciosa muy extendida entre la población, que se propaga a través de la saliva.
«Una servilleta para dos, un cubierto compartido o un beso son suficientes para desencadenarla«, advierte el dentista.
En el siglo XIX el científico Dayton Miller descubrió que las caries son producidas por microorganismos. Él la denomino la gangrena de los tejidos duros y pensó que de la misma forma que eliminando el pus de una herida esta se desinfecta, también se podía eliminar la caries eliminando la zona picada. Pero no es así puesto que los microbios no solo están en el diente picado, sino que también en la saliva.
Así que un empaste, por muy bien hecho que esté, no es suficiente para curar una caries, ya que los microorganismos implicados permanecen silenciosamente en nuestra boca, acechando a la espera de más carbohidratos.
¿Y la gingivitis?
La gingivitis es una afección del tejido de las encías que provoca la inflamación, la retracción y el sangrado de las mismas. La forma mas común de esta enfermedad se da como respuesta a un proceso originado por bacterias que se adhieren a la superficie dental en forma de biopelículas (también denominada «placa bacteriana»).
Estas bacterias causantes de la gingivitis también pueden transmitirse a través de la saliva entre personas genéticamente susceptibles. Esto implica que cuando alguien entra en contacto con una saliva contaminada, existe riesgo de contraer la enfermedad.
Al contrario que las bacterias responsables de la caries, las de la gingivitis originan un pH básico (7’5). Es por eso que no suelen coexistir gingivitis y caries en la misma boca.