Algunas especies del mar Mediterráneo se alimentan con partículas de microplástico
El 60% de las sardinas y anchoas procedentes del Mar Mediterráneo contienen en sus aparatos digestivos partículas de microplástico. Estos datos provienen de la investigación que estudia sobre las consecuencias que estas partículas pueden tener en la alimentación humana.
Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas los niveles encontrados en los peces son preocupantes. El estudio se desarrolló por investigadores del CSIC en forma conjunta con el Instituto Español de Oceanografía.
Los peces comen partículas de microplásticos
Si bien el estudio comenzó analizando lo que comen los peces como las sardinas y las anchoas, los resultados causaron sorpresa. En los aparatos digestivos de estos pescados se hallaron niveles altos de microplásticos. El paso siguiente a analizar será cuantificar esa cantidad.
Las partículas de microplástico son pequeños residuos plásticos que contaminan los cursos de agua, ríos, mares y océanos. Si bien no está establecido cuál es el tamaño para ser considerados como tales, los más pequeños son consumidos por los seres vivos junto a su alimentación habitual.
Según estudios realizados, entre el 2 y el 5% de los plásticos desechados en la tierra, terminan en el mar. Se pueden clasificar en dos clases, los primarios, los lanzan directamente al medioambiente como las partículas de los lavados o el desgaste de los neumáticos. Los secundarios provienen de la degradación de bolsas, envases y otros objetos, que constituyen casi el 80% de la contaminación.
¿La alimentación de los peces perjudica a los seres humanos?
Los peces como las anchoas y las sardinas, muy usuales en la dieta mediterránea, los ingieren junto a su alimentación. Estos microplásticos se acumulan en el lecho marino y forman un sedimento, y el pez no distingue qué es comida y qué es deshecho.
El Golfo de Alicante, en el caso de las sardinas y el Delta del Ebro, en el Golfo de León, para las anchoas, son las zonas más contaminadas. Por medio de este estudio, también se encontró correlación entre los microplásticos y los parásitos intestinales en los peces.
Se concluyó que, a mayor cantidad de microplásticos es mayor la cantidad de parásitos que se encuentran en el tracto digestivo de los pescados. Debido a este hallazgo, se estudiarán otras especies como la merluza o el atún, que a su vez se alimentan de sardinas y anchoas.
Todas estas especies forman parte de la dieta de muchas personas, sobre todo en las zonas costeras. El CSIC estudiará también la influencia de lo hallado en sardinas y anchoas en la alimentación de los seres humanos. El estudio busca detectar si los peces se liberan de los microplásticos o si estos se acumulan en sus tractos digestivos.