Desde siempre, la ciencia ha promovido que el orgasmo femenino se produce gracias a tres vías: la estimulación de la vagina, la estimulación del clítoris, o ambos. Hay muchos matices en estos términos en cuanto al tiempo, el ritmo y la capacidad de alcanzar el orgasmo.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Socioaffective Neuroscience and Psicology realizado por investigadores de la Universidad de Concordia en Montreal, Canadá, ha puesto de manifiesto que algunas mujeres probablemente puedan alcanzar estos fuegos artificiales biológicos al ser estimuladas físicamente en varias zonas erógenas, previamente subestimadas. Estas áreas incluyen labios, pezones, orejas, cuello, dedos de las manos y pies.
Hace mucho tiempo que se confirmó que estas zonas pueden excitar a la mujer si se estimula, pero nunca había sido reconocido científicamente que un orgasmo se pudiera inducir a través de ellos. Sin embargo, esto depende de lo que se considere un a un «orgasmo».
Sobre la base de una gran revisión de artículos científicos, el equipo llegó a la conclusión de que las mujeres tienen «una notable variedad de experiencias orgásmicas». Ponen de manifiesto que «los orgasmos no tienen que venir de un único sitio, ni de todos a la vez; varía mucho entre cada mujer».
Cabe destacar que la investigación define un orgasmo como algo bastante subjetivo, una experiencia totalmente dependiente de lo que una mujer entiende como tal. En lugar de su contraparte masculina, la cual es bastante evidente, postulan que el orgasmo femenino es una plétora de experiencias.
La definición médica comúnmente aceptada afirma que el orgasmo femenino es la contracción de los músculos genitales, acompañado por una dosis de endorfinas.
Sin embargo, el punto clave es que la mayoría de mujeres lo consideran «el punto álgido del placer sexual», algo bastante subjetivo dependiendo de lo que experimenten en cada momento.
«Hemos revisado la historia del clítoris y de la vagina, y vemos que a través de la historia se ha evolucionado con ideas conflictivas; pero la psiquiatría, el psicoanálisis, la epidemiología, la teoría de la evolución, las políticas feministas, la fisiología y, finalmente, la neurociencia, han puesto una mejor perspectiva de lo que es realmente el orgasmo femenino», explican. Aunque curiosamente añaden que «de todos los orgasmos de la Tierra, ninguno es más misterioso que los de las mujeres».
Es un enigma evolutivo. Muchos han llegado a la conclusión de que no sirve para nada en cuanto a la reproducción, por lo que no está claro por qué se desarrolló.
Algunos han sugerido que fomenta lazos de pareja, pero un estudio reciente sugiere que una vez fue un factor biológico clave necesario para la ovulación. Al principio de nuestra historia evolutiva, se requirió que el varón y el orgasmo femenino indujeran a la ovulación.
Hemos evolucionado, y el orgasmo femenino ha adquirido tintes placenteros uniéndose en un papel más secundario; y como demuestran en esta revisión, viene inducido por vías anteriormente desconocidas.
