Imagínate un futuro en que los seres humanos evolucionen hasta convertirse en una conciencia intangible sin la necesidad de los órganos. Suena extraño; si es cierto que no habría dolor, hambre, ni muerte, pero… ¿cómo nos identificaríamos? Pues bien, un equipo de investigadores de la Universidad de Binghamton puede tener la respuesta, gracias a una nueva técnica que puede identificar a las personas con un 100% de precisión con sólo observar sus ondas cerebrales.
En nuestra forma actual, las características físicas como la cara nos ayudan a reconocer las personas que conocemos; también, otras formas de identifiación como las huellas dactilares y el escáner de retina. Sin embargo, la nueva técnica, conocida como Protocolo CEREBRE, podría algún día permitir a la gente ser reconocida con su pensamiento.
«Imaginamos las aplicaciones de esta tecnología, y creemos que mejoraría mucho la alta seguridad», explica Sarah Laszlo, investigadora principal.
Dado el nivel de peligro que podría suponer que alguien se saltara un control de alta seguridad, es vital que las tecnologías de identificaciones sean infalibles. Sin embargo, intentos anteriores para identificar a las personas por su actividad cerebral «sólo» habían conseguido una precisión del 97%, que aunque pueda parecer alto, imagínate la de situaciones negativas que supondría.
La razón del fallo es que estas técnicas tendían a concentrarse en una señal continua cerebral llamada electroencefalgorama, que proporciona una indicación de la actividad mental en base a una persona en un periodo de tiempo. El inconveniente que tienes, es que esta señal varia en función del estado cognitivo de esa persona, por lo que no es realmente constante para proporcionar una identidad fiable.
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Sin embargo, CEREBRE utiliza otro tipo de señal llamado ‘Potencial relacionado con evento’, una señal a corto plazo que se produce cuando el cerebro responde a un estímulo específico. Teniendo en cuenta que cada persona tiene un conjunto único de gustos y preferencias, no todos responden a estos estímulos de la misma manera. Por lo tanto, mediante la observación de cómo los cerebros de 50 voluntarios reaccionaron a una gama diferente de imágenes, los autores del estudio fueron capaces de crear un perfil para cada individuo, y más tarde identificaron a cada uno en función de sus señales cerebrales.
