Nuestras manos podrían tener más años de lo que se creía
El cambio que han sufrido nuestras manos es una de las mayores pruebas evolutivas que tenemos. Hemos pasado de tener que agarrarnos a árboles para poder sobrevivir a poder manipular herramientas con ellas. La relativa escasez de fósiles en buen estado pertenecientes a nuestros ancestros no pone fácil encajar el puzzle evolutivo para poder unir las fechas acerca de nuestro camino desde los primates.
Por eso, con cada hallazgo aprendemos algo nuevo. Un grupo de investigadores españoles ha descubierto una falange recta, tal como la tenemos hoy en día, y que surgió cuando ya no teníamos que agarrarnos a los árboles. Lo sorprendente llegó al analizar la muestra, pues creíamos que este cambio ocurrió entre hace 1.250.000 y 1.450.000 años, y éste data de entre 400.00 y 600.000 años atrás, lo que supondría que este cambio evolutivo habría tenido lugar al menos hace 1.850.000 años.
El hallazgo ha tenido lugar hace un año en la Garganta de Olduvai, Tanzania, y se trata de un hueso de 3,6 centímetros de longitud, que corresponde a la falange proximal, la más cercana a la palma de la mano de las tres que tenemos. Esta prueba es importante ya que la falange proximal es la más grande y la que conecta la mano con los dedos, lo que confirma que no era curvada, lo que nos permitía el agarre en los árboles.
Cuando los humanos tuvimos la primera etapa evolutiva en la bipedestación, que es el proceso de caminar sobre dos piernas, lo que permitió liberar nuestras manos y así desarrollar nuestra inteligencia.