No, los móviles no causan cáncer
Está en el mismo grupo de riesgo que el aloe vera
Esta semana ha dado mucho revuelo la noticia de que un tribunal italiano dictaminó que el uso excesivo el teléfono móvil podía desarrollar un tumor en el cerebro. Con esta premisa, sería de esperar que, en las últimas décadas, los casos de tumores cerebrales hayan aumentado, a medida que se ha ido implementando el uso de estos dispositivos. Nada más lejos de la realidad; de hecho, las tasas de tumores cerebrales están disminuyendo.
Además, las personas que pasan mucho tiempo con sus teléfonos móviles no son más propensos a tener tumores cerebrales que aquellos que no lo utilizan. Las ondas de radio no son capaces de dañar el ADN.
Con estas evidencias, aún así la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasifica las ondas de radio como «posibles cancirógenos». ¿Qué significa esto? Como explica la propia AIIC, «los estudios hasta la fecha no nos permiten descartar una relación entre uso de móviles y tumores cerebrales, aunque las evidencias tampoco existen». Por lo tanto, como más vale prevenir que curar, sitúan a los teléfonos un su lista 2B, que incluye elementos los cuales «hay existencias limitadas de carcinogenicidad en humanos, y menos pruebas de carcinogenicidad en animales de experimentación». De hecho, en esta lista se sitúan elementos tan peligrosos como por ejemplo… el aloe vera.
El problema es que la ciencia no puede probar su completa inocuidad, incluso con un número infinito de estudios. Siempre habrá una pequeña posibilidad de que, de algún modo u otro, estemos obviando algo. Es por eso que la AIIC no tenga una lista de cosas que se conocen por «no causar cáncer«.