Los peligros que genera la basura espacial
Internet, GPS y otros
La exploración del espacio ha traído grandes descubrimientos y también algunos problemas. Entre estos últimos, están los residuos dejados en el exterior de la Tierra. Este conjunto de desechos podría salirse de control muy pronto. ¿Cuáles son los peligros que genera la basura espacial?
De dónde viene
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lo advierte. A finales de siglo, la probabilidad de que estos desechos choquen con satélites superará el 15%.
¿Qué es la basura espacial? «Aquellos objetos artificiales que orbitan en el espacio y no tienen ningún tipo de utilidad. Satélites obsoletos, partes de cohetes, combustibles líquidos», distinguió la UNAM. El responsable del laboratorio es Gustavo Medina Tanco.
Él señala que actualmente existen cerca de 3.500 satélites en órbita. Los que han terminado su vida útil tardan en salir de órbita. Podrían estar incluso millones de años en torno a la Tierra.
«Y sólo son una pequeña parte de lo que se considera basura espacial. Cuando se coloca un satélite en órbita hay una serie de cosas que se necesitan, como un cohete para lanzarlo. Ahí se empiezan a juntar piezas. Todo eso queda en el espacio si no se tomaron medidas para eliminarlo rápidamente», expuso.
Choques con satélites
En el peor de los casos, estos residuos podrían estrellarse contra naves tripuladas. Podrían colisionar con satélites en funcionamiento, lo que generaría averías y nuevos escombros espaciales. Estos objetos viajan a ocho kilómetros por segundo.
Los peligros que genera la basura espacial son diversos. «El internet, telecomunicaciones, GPS, servicios de seguridad militar. Eso y mucho más dependen diariamente de un satélite para su correcto funcionamiento. La basura espacial incrementa las posibilidades de que se produzcan desperfectos», subrayó la UNAM.
El especialista indicó que, actualmente, la probabilidad de este tipo de impactos es menor al 1%. Sin embargo, podría incrementar al 5% en los próximos 20 años y hasta el 20% hacia el año 2099.
«Económicamente va a ser imposible hacer cualquier actividad», vaticinó.