Cuántas veces hemos oído que siempre hay que mirar el lado bueno de las cosas, muchas, y aunque no siempre es fácil, según la Canadian Medical Association Journal aquellos que miran la vida con ese optimismo tienen una vejez más saludable.
Esta es la primera vez que el optimismo se asocia con un menor declive diario, anteriormente ya se había comprobado que la percepción de uno mismo y del entorno había sido vinculada previamente a una mayor longevidad y un menor riesgo de sufrir enfermedades graves a partir de los 60 años.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron un seguimiento a 3.000 individuos de edades comprendidas entre 60 y 90 años durante 8 ochos. El objetivo de esta observación era profundizar en el vínculo entre el bienestar emocional y el físico. Para ello, los participantes tuvieron que evaluar su grado de satisfacción respecto a su trabajo, forma de ocio, compañía, estado anímico y pasado. Además, los investigadores también analizaron cómo desempeñaban actividades cotidianas como bañarse, levantarse de la cama o vestirse.
Finalmente, las conclusiones del estudio demostraron que disfrutar de la vida garantiza una mayor independencia en las actividades diarias en la vejez así como un deterioro mucho más lento del estado físico. Sin embargo, aquellas personas que carecían de dicha jovialidad eran tres veces más propensas a desarrollar problemas de salud.
Curiosamente, los datos también revelaron que las personas optimistas tenían en común otras características como estar casados, trabajar, tener más nivel educativo y mejor estatus socioeconómico, aunque tal y como han asegurado los autores del trabajo, la satisfacción personal no es una consecuencia directa de dichos factores.
