Está de moda desarrollar alternativas para reducir el plástico de nuestras vidas. Hay luchas contra los microplásticos en el mar. Grandes políticas de reciclaje cambian la mentalidad de numerosos países. Y ahora, parece que alguien tuvo una idea interesante: ¿Y si aprovechamos a los gusanos que comen plástico? Un momento… ¿eso existe? Sí.
Son las larvas del escarabajo Zophobas atratus. Gracias a las bacterias que albergan en su sistema digestivo, pueden degradar el poliestireno. Y la enzima responsable del proceso podría ser usada en el futuro para el reciclaje del plástico.
Sirven como alimento
Son parecidos a los gusanos de la harina gigantes (las larvas de un escarabajo conocido como Tenebrio molitor). Estos «supergusanos» de Zophobas astratus son larvas a menudo vendidas en las tiendas de mascotas. Se usan como alimento para peces, reptiles o anfibios. Tienen un tamaño relativamente grande, aproximadamente de unos 5 centímetros de longitud. Su aspecto es carnoso. Los científicos de Sociedad Americana de Química descubrieron su rara habilidad. Pueden degradar el poliestireno.
Lo informan los autores en un estudio titulado Biodegradation of Polystyrene by Pseudomonas sp. Isolated from the Gut of Superworms (Larvae of Zophobas atratus). Se publicó esta semana en la revista Enviromental Science & Tecnology. Esta habilidad recién descubierta está relacionada con una cepa de bacterias específica. Habita en el sistema digestivo de las larvas.
Almorzando plástico
El poliestireno es un plástico ampliamente empleado en envases, objetos desechables y otros. Cuando se deposita en vertederos o se abandona en la naturaleza, tarda varios cientos de años en descomponerse por completo. Varios estudios ya habían evidenciado que varias especies de gusanos como los de la harina podían ingerir y degradar el poliestireno en pocas semanas. En el caso de los gusanos de la harina -Tenebrio molitor-, esta capacidad estaba relacionada con una cierta cepa de bacterias.
Los autores principales del presente trabajo son Jiaojie Li y Dae-Hwan Kim. Quisieron averiguar si podrían encontrar bacterias similares en los llamados supergusanos.
Para ello, el equipo usó a 50 de estas larvas de la especie Zophobas atratus. Las colocaron en una cámara con poliestireno como única fuente de carbono. Se comprobó que, tras 21 días, los gusanos habían consumido aproximadamente el 70% del plástico proporcionado. En un paso más allá, los investigadores aislaron la cepa de la bacteria Pseudomonas aeruginosa del intestino de los gusanos. Demostraron que esta podía crecer directamente en la superficie del poliestireno y descomponerlo. También identificaron que esto era posible gracias a la identificación de la Serina hidrolasa, la enzima responsable de la mayor parte de la biodegradación. Los autores creen que podría usarse en un futuro no muy lejano para ayudar a descomponer y reciclar el poliestireno residual. Los gusanos que comen plástico llegaron para quedarse.
