Los enormes gusanos depredadores
Antiguos monstruos
Los gusanos despiertan diversas reacciones, pero a nadie le parecen amenazantes. Deberías pensarlo dos veces. Sobre todo, por lo que un equipo internacional de paleontólogos descubrió en la costa noreste de la isla de Taiwán. Son fósiles de los enormes gusanos depredadores que datan de unos 20 millones de años.
Viejos parientes
Los investigadores analizaron los sedimentos del fondo marino en busca de la flora y fauna de la época del Mioceno. Esto cubre desde hace 21 hasta hace 5,3 millones de años). Luego, crearon una simulación por ordenador de una traza fósil —o restos indirectos de actividad— de este misterioso animal prehistórico. Lo hicieron sobre la base de 319 pruebas bien conservadas. Los autores del estudio sugieren que los gusanos depredadores podrían haber habitado la zona hace unos 20 millones de años.
La pista fósil de los gusanos prehistóricos (bautizados como Pennichnus formosae) consiste en varias madrigueras en forma de L. Tienen aproximadamente dos metros de largo y entre dos y tres centímetros de diámetro. Podrían haber pertenecido a los ancestros de los gusanos depredadores Bobbit. Estos todavía se encuentran en la actualidad y pueden llegar a medir hasta tres metros de largo.
Al igual que sus descendientes modernos, los voraces gusanos prehistóricos se escondían en la arena. Atacaban a sus presas desde madrigueras casi verticales ubicadas en el lecho marino. ¿Cómo las sujetaban? Con sus fuertes y terribles mandíbulas.
Dudas y certezas
Los paleontólogos explicaron que los cuerpos de los gusanos marinos se componen principalmente de tejido blando. Esta es la principal razón por la que casi nunca se conservan. Pero ¿por qué los autores del estudio están convencidos de que se trata de las madrigueras de gusanos?
Las partes superiores de las galerías muestran elevados contenidos de hierro. Esto sugiere que el animal que creó los túneles estaba rezumando una sustancia viscosa para fortificar las paredes de la estructura. Es lo hacen los Bobbit. Esta sustancia, a su vez, atrae a las bacterias que forman un entorno rico en hierro. Otro indicio de los inquilinos de estas madrigueras fueron sus formas externas, características de los gusanos Bobbit. Los enormes gusanos depredadores del pasado tenían muchas características similares a estos.
Los investigadores aseguran que el hallazgo proporciona una visión poco común del comportamiento de estas criaturas bajo el lecho marino. Y pone de manifiesto la utilidad del estudio de las trazas fósiles para entender el comportamiento de los organismos del pasado.