Los asteroides gigantes que golpearon la Tierra
Sí, nuestro planeta arrastra viejas heridas. Golpes que llegaron del espacio exterior. Los asteroides gigantes que golpearon la Tierra dejaron su marca indeleble. En algunos casos, cambiaron todo para siempre. Una investigación descubrió que tal vez cayeron 10 veces más de lo que se creía. Un verdadero aluvión de colisiones.
Huellas en la piedra
Se presentó el estudio en la conferencia de geoquímica Goldschmidt. Dice que algunos impactos tuvieron el tamaño de… ¡una ciudad! Los primeros años de la Tierra fueron inimaginablemente violentos. Esto pudo alterar la química de la superficie cercana a la Tierra. Y tal vez, su capacidad para albergar vida.
El impacto de Chicxulub hace 66 millones de años lo demuestra. Provocó la extinción de los dinosaurios. En la Luna son evidentes los cráteres de impacto de colisiones similares. ¿Por qué no aquí? Por la meteorización atmosférica y la tectónica de placas. Pero su rastro aparece en «esférulas» encontradas en rocas antiguas: los enormes impactos arrojaron partículas y vapores fundidos. Luego, caían como pequeñas partículas vidriosas esféricas. Cuanto mayor fuera el impacto, mayor extensión de partículas.
Mucho más impactos
Simone Marchi trabaja en el Instituto de Investigación del Suroeste (EEUU). Determinó que los modelos actuales de los primeros bombardeos de la Tierra se quedan cortos. «El verdadero flujo de impactos fue 10 veces mayor de lo que se pensaba. Esto, en el período comprendido entre hace 3.500 y 2.500 millones de años. Un impacto como Chicxulub sucedía cada 15 millones de años», subraya.
¿Puedo esto afectar a la evolución del oxígeno atmosférico? «Los niveles de oxígeno fluctuaron drásticamente en el periodo de los impactos intensos. Era vital para el desarrollo de la Tierra y de la vida. Su posible conexión con las colisiones merece una mayor investigación».
Los asteroides gigantes que golpearon la Tierra no la destruyeron. Por el contrario, pudieron propiciar la vida. Una verdadera carambola espacial, con resultados inesperados.