Las plantas producen su propia aspirina
¿Es una broma? No. Las plantas poseen mecanismos autónomos para defenderse de enfermedades. Se protegen así de posibles amenazas. Sí, las plantas producen su propia aspirina.
Se trata del ácido salicílico, que es metabolito activo de la aspirina. Los humanos recurrieron a este por siglos para el dolor y la inflamación. En las plantas tiene un rol fundamental. Le ayudad a la señalización, regulación y la defensa contra los patógenos.
Plantas que se curan
Las plantas lo producen en los cloroplastos. Son los diminutos orgánulos verdes donde se realiza el proceso de fotosíntesis. La bióloga vegetal Wilhelmina van de Ven, de la Universidad de California en Riverside, lo estudió.
El estrés ambiental produce especies reactivas de oxígeno (ERO) en todos los organismos vivos. Un ejemplo son las quemaduras por exposición solar. Para las plantas, el estrés lo causan insectos, sequía y calor excesivo. Niveles elevados de ERO en las plantas pueden ser letales. Pero cantidades más pequeñas tienen una importante función de seguridad.
Los investigadores utilizaron el berro para el análisis. Se descubrió cómo responde a ciertas amenazas. Genera una reacción química que incluye el ácido salicílico.
Esto ayudaría a saber cómo tener plantas más resistentes en el futuro. Es vital si pensamos en el suministro de alimentos. «A niveles no letales, las ERO son como una llamada de emergencia a la acción. Permite producir hormonas protectoras como el ácido salicílico. Por lo cual, las ERO son un arma de doble filo». Lo dice el genetista de plantas Jin-Zheng Wang, de la UCR.
Cuidando cultivos
Además, los investigadores señalan que las tensiones examinadas en este estudio son muy vigentes. Calor elevado, luz solar constante y falta de agua. Son experimentadas por las plantas en el mundo ahora mismo. Y si las plantas tienen problemas, los humanos también.
«Esos impactos van más allá de nuestra alimentación. Las plantas limpian nuestro aire secuestrando el dióxido de carbono. También nos ofrecen sombra y son el hábitat de numerosos animales. Los beneficios de potenciar su supervivencia son exponenciales», indican los investigadores.