Aparte de la primera impresión visual y el lenguaje corporal existe otro factor importante cuando conocemos a alguien: la temperatura de sus manos, ya sean frías o calientes. Por lo tanto no es lo mismo que estemos tomando una bebida caliente que una fría cuando conocemos a alguien nuevo.
¿Por qué?
Un estudio afirma que si tenemos las manos calientes nos sentiremos más receptivos hacia la otra persona y que incluso seremos más amables con ella. En cambio, si las tenemos frías nos volvemos reticentes y desconfiados, por lo que los científicos aconsejan que cuando tengamos una cita ofrezcamos siempre algo caliente de beber o comer.
Además dicen que quienes tienen esto en cuenta en reuniones con socios o clientes siempre salen beneficiados. Otro factor que se ha sacado de esta investigación es que si tienes las manos frías serás más egoísta al tomar decisiones que si las tienes calientes.
El experimento consistió en calentar las manos de algunos voluntarios y enfriar las de otros, luego se les dijo que como premio por haber ayudado a la investigación se les ofrecía elegir entre regalarse algo a sí mismos o a otra persona, así los que tenían las manos calientes se ofrecieron a regalar y los de las manos frías a recibir.
