La radiación espacial puede afectar al cerebro de los astronautas
Un experimento realizado en ratones confirman pérdidas de memoria y ansiedad.
En un hipotético largo viaje espacial, la radiación del universo acabaría por afectar los cerebros de los astronautas, teniendo consecuencias para la salud de ellos, tales como pérdidas de memoria, ansiedad y alteraciones en el juicio. Este hecho se ha demostrado con un experimento en ratones, que fueron expuestos a una radiación similar a la que se vive en el espacio, y que ha sido publicado en la revista Scientific Reports.
El estudio se realizó en un seguimiento de un grupo de ratones después de ser expuestos a seis semanas de radiación. Estos, tras la exposición, fallaron en varias pruebas de aprendizaje y memoria -no querían jugar y olvidaban sus hogares-, y sus problemas continuaban durante un período bastante largo.
Los ratones también parecían padecer ansiedad, prefiriendo quedarse en lugares cerrados. Los astronautas también podrían sufrir estos problemas, tanto de memoria, como a la hora de realizar actividades o estos síntomas de angustia. El equipo afirma que «esto podría traducirse en estrés, ansiedad y malas decisiones en situaciones inesperadas o de emergencia, además de poder padecer demencias más graves una vez regresen a la Tierra».
Según sus investigaciones, la mayor afectación se vería en las dendritas, reduciendo el número de estas, y que sirven para recibir y transmitir los impulsos de otras neuronas, siendo un elemento básico para aprender y acordarse de algo. También encontraron una inflamación en el cerebro de los roedores.
En los seres humanos, es probable que tengan que pasar muchos meses para que estas afecciones sean evidentes. Pero hasta que no tengamos la tecnología suficiente como para poder realizar misiones espaciales de mayor envergadura, no sabremos cómo reaccionarán nuestros cerebros. Para prevenir los posibles efectos, estos mismos investigadores quieren seguir analizando para saber qué regiones del cerebro son más vulnerables a la radiación espacial. También están desarrollando medicamentos que puedan ayudar a proteger el cerebro de la radiación, o a mejorar su recuperación.
Aún así, el equipo es optimista: «nuestra exploración espacial no debe ser obstaculizada por el miedo a la exposición a la radiación cósmica», afirman. «Esto debería inspirarnos para comprender los riesgos y buscar posibles soluciones».