Le decían “pájaro bobo”. No volaba y se dejaba cazar fácilmente. Por eso se extinguió muy rápido, cuando los humanos lo conocieron. Vivía en la isla de Mauricio. Ahora, más de una iniciativa quiere devolverlo a nuestros tiempos. La obsesión por resucitar al pájaro dodo tiene muchos factores.
La empresa biotecnológica Colossal Biosciences (Texas, EEUU) lo anunció. Busca lo mismo para los mamuts y el tigre de Tasmania. ¿Por qué este animal? Teknautas Borja Milá es investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Explica que en EEUU despierta mucho cariño, una reacción muy emocional. Su historia se cuenta mucho en museos y colegios, dice.
Cultura popular
Estas aves vivían en una isla sin depredadores. Por eso, cuando los españoles los hallaron en el siglo XVI, era muy fácil matarlo. No duraron ni un siglo. Pero aparecen en la cultura popular en siglos posteriores. Por ejemplo, Alicia en el país de las maravillas.
Pero será un reto muy arduo. No tiene parientes cercanos. La paloma de Nicobar se le acerca, pero aún hay diferencias abismales. Usarán células germinales primordiales de esta especia para editarlas usando las técnicas CRISPR. Las harán similares a las del dodo y luego las insertarían en embriones. ¿En dónde? Tendría que ser algún ave grande. Tal vez un emú. Pero los riesgos de fallar son enormes.
La ficción del cine hizo creer que no es imposible. Pero en un caso similar, con el extinto bucardo, una cabra del Pirineo, se tuvo una mala experiencia. Lograron clonar al último ejemplar. Llegó a nacer, pero por sus malformaciones, murió pocos minutos después.
Validez del estudio
El estudio fue publicado en Cell. Tom Gilbert es biólogo evolutivo de la Universidad de Copenhague. «Si vas a invertir esas cantidades de dinero hay mejores objetivos de conservación», lamenta. Algunos biólogos alertan de que estamos inmersos en la sexta extinción masiva de especies de la Tierra. La isla de Mauricio, incluso, tiene especies a punto de extinguirse. Entonces, la obsesión por resucitar al pájaro dodo parece una frivolidad.
Se espera que, al menos, la investigación ayude a la conservación de otras aves. «Se podría aplicar en aspectos como los problemas de pérdida de diversidad genética», indican. Mientras tanto, es difícil pensar que podrás tomarte una foto con un dodo para tu Instagram.
