La luna es más antigua de lo pensado
¿Cómo se supo esto? Gracias a un grupo de científicos. Analizó pruebas de los cristales de circón del suelo lunar. Son las partículas más antiguas del satélite. Los resultados lo demuestran. La luna es más antigua de lo pensado.
Se supone que la Luna se formó poco después que la Tierra, hace unos 4.400 millones de años. Se cree que un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, que aún estaba caliente, blanda y recién formada. Desprendió una enorme nube de escombros que orbitó alrededor de la Tierra y se convirtió en la Luna.
Misión Apolo 17
Un nuevo dice que es más antigua en unos 40 millones de años de lo que pensábamos. Esto significa que la Luna tiene una edad mínima de 4.460 millones de años. El equipo de la geóloga Jennika Greer, de la Universidad de Glasgow lo cree así.
«Estos cristales son los elementos sólidos más antiguos que se conocen formados tras un gran impacto. Sabemos cuántos años tienen estos cristales, así que sirven de ancla para la cronología lunar», señalan. Los cristales de circón son un excelente medio para determinar la edad de un espécimen. Durante el proceso de formación, los cristales de circón incorporan uranio. Pero les desagrada enormemente el plomo. Con el tiempo, el uranio radiactivo del circón se descompone en plomo a un ritmo muy estudiado. A partir de la proporción de uranio y plomo en un cristal de circón, los científicos saben cuándo se formó.
Estos cristales microscópicos pueden encontrarse en muestras de suelo lunar recuperadas durante la era Apolo. Greer y sus colegas estudiaron el circón hallado en muestras de la misión lunar Apolo 17, en 1972. Debieron formarse después de que la superficie lunar se solidificara.
Punto de partida
Los investigadores utilizaron la tomografía de sonda atómica para estudiar la composición de las muestras. Usaron un láser para vaporizar átomos. Un espectrómetro de masas analizó la gravedad del material vaporizado. Y hallaron la proporción de uranio y plomo. A su vez, esto demostró que la luna es más antigua de lo pensado. Los cristales específicos tienen 4.460 millones de años. Esto implica que la Luna debe tener al menos esa edad.
«Es un punto de partida para muchas preguntas sobre la Tierra. Cuando se conoce la edad de un objeto, se puede comprender mejor lo que le ocurrió durante su historia», concluye Greer.