La fotosíntesis de los bosques está en peligro
El cambio climático está causando muchos problemas, las reservas naturales están entre las más perjudicadas. Si a esto le sumamos la sequía y la deforestación, el peligro se multiplica a valores desconocidos. El calentamiento global puede impedir que los árboles realicen la fotosíntesis y así los bosques podrían llegar a convertirse en un páramo.
Las altas temperaturas impiden la fotosíntesis
Así lo describe un artículo publicado recientemente en la revista Nature. El estudio se efectuó en los bosques tropicales de Panamá, Brasil, Costa Rica y Australia. Está basado en imágenes satelitales que recopiló la NASA entre 2018 y 2020.
La información suministrada por los científicos indica que, la temperatura crítica que impide a los árboles hacer la fotosíntesis es de 46,7 °C. Desde este punto, la fotosíntesis comienza a fallar. Una parte de las hojas que se encuentran en la copa de los árboles están en peligro de necrosis porque las temperaturas llegaron a más de 47 °C. Este proceso es esencial tanto para la planta como también para la Tierra, ya que los árboles transforman la luz del sol y el CO₂ en oxígeno.
Si bien esto afecta a solo un pequeño porcentaje de las hojas en las copas de los árboles, los científicos prevén que podría agravarse rápidamente. Las hojas se calientan con mayor rapidez que el aire. Si el aire se calienta en 2 o 3 grados, este calor en las hojas puede alcanzar los 8 grados. Según Christopher Doughty, de la Universidad del Norte de Arizona y autor del artículo, si la media de temperatura sube unos cuatro grados, la necrosis de las hojas sería total.
Consecuencias de la falta de fotosíntesis
Esto puede, junto a la deforestación, llevar a los bosques tropicales a convertirse en verdaderas sabanas. Si las temperaturas continúan subiendo como hasta la actualidad, en un promedio de 0,03 grados anuales, en poco más de un siglo se produciría la necrosis total de las hojas.
Los científicos insisten en que poco se conoce acerca de la mortandad de los árboles, por lo que se necesitan más estudios. Gregory Chapman, ecólogo de la Universidad de California y coautor del estudio, asegura que necesitan realizar más observaciones terrestres para poder evaluar lo que sucede, además de las imágenes satelitales.
En el Amazonas, el llamado pulmón del planeta, la mortalidad de los árboles aumentó en los últimos años y sigue en aumento. En las selvas tropicales se encuentra el 45% de todos los árboles existentes en la Tierra. Estos tienen la particularidad de absorber las partículas de dióxido de carbono y generar oxígeno, algo vital para la naturaleza. En esas selvas tropicales viven más de 40 mil especies de árboles distintas.
Si bien el peligro no es inminente, el estudio sirve como advertencia para que la mortandad arbórea no continúe avanzando. Es imprescindible tomar medidas precautorias en todo el mundo, lo antes posible, para impedir que el problema se convierta en algo irremediable.