La casa “embrujada” de Amityville sigue en venta
Hay casas que se venden solas y hay otras que no se venden ni aunque se regalen. Es el caso de la casa ubicada en 112 de Ocean Avenue en Amityville (Nueva York) donde ocurrió un terrible asesinato en 1974.
La mañana del 14 de noviembre de 1974 la pequeña localidad de veraneo se despertó sacudida por la terrible noticia del asesinato de seis miembros de una familia. A las 03:15 horas de la madrugada, el mayor de los hermanos, Ronald DeFeo de 23 años de edad, mató a sus padres, sus dos hermanas y sus dos hermanos.
Provisto de una escopeta de calibre 35, masacró a todos los miembros de su familia mientras dormían. Todos yacían boca abajo, con la cabeza reposando sobre sus brazos en cruz. A todos les disparó en la espalda, menos a su madre, Louise, que le disparó en la cabeza. Tras la matanza, DeFeo recogió toda su ropa manchada de sangre, la funda del rifle y unas balas del arma, y lo introdujo todo en una funda de almohada, que posteriormente encontró la policía en una alcantarilla llena de hojas secas. Después de aquello, Ronald se fue a un bar de su barrio, “The Witches’ Brew”, y le dijo al chico que trabajaba ahí, que alguien había disparado a sus padres.
Ronald fue condenado por los asesinatos aunque aseguró que había sido influenciado por un ente espectral. Aunque el abogado alegó enfermedad mental, DeFeo fue declarado culpable y condenado a 25 años de cárcel por cada uno de sus asesinatos. A día de hoy sigue encerrado en la cárcel de Green Haven Correctional Facility, Beekma, Nueva York,
Un año después, otra familia compuesta por George y Kathy Lutz, compró la casa por 60.000, un precio extraordinariamente barato, para los tres pisos, cinco habitaciones, un amplio sotano, una vendada vidriada en el frente y una abierta atrás que daba al río.
28 días después la familia salió de allí agarrados al brazo de un cura exorcista. “Desagradables olores, ruidos espeluznantes, manchas desconocidas que aparecían y desaparecían en las paredes. Con el paso de los días, George, el padre de la familia, comenzó a mostrar síntomas muy extraños. Sentía un frío mortal y pasaba las horas frente a la chimenea. Dejó de asearse, convirtiéndose en una persona desaliñada y huraña que gruñía por los rincones de la casa. Su carácter se volvió agresivo y solitario…”, así lo contó la prensa local el día que la familia huyó de la casa.
A raíz de esto, los Lutz rentabilizaron el dinero que invirtieron en la casa dando entrevistas y conferencias sobre su experiencia. Se hizo una película y un libro sobre la leyenda de la casa.
La vivienda siguió son su mala fama hasta 1977 cuando la compraron James y Barbara Cromarty quienes vivieron allí unos 10 años, y aseguraron, que nunca pasó nada terrorífico.
Sin embargo, la casa se volvió a poner en venta en el año 2010 por 1,15 millones de dólares (unos 925.000 euros) y todavía sigue sin dueño. ¿Alguien se atreve?