Ketamina para tratar la depresión
Actuaría de forma más rápida que otros fármacos
La depresión es un «secuestro» de la neuroquímica de un paciente mediante el cual le es imposible ver «el lado positivo». Si bien actualmente existen múltiples tratamientos terapéuticos, hay una clara dicotomía entre los que creen que la mejor terapia es mediante el habla (como un psicólogo), y otros que creen que lo mejor son los fármacos.
Dentro de este último ámbito, la ketamina ha ido cogiendo protagonismo en las últimas investigaciones. Popularmente utilizado como un tranquilizante para animales y como un alucinógeno, un nuevo estudio publicado en Nature muestra que no solo tiene la capacidad suficiente de actuar con efectividad, sino que además lo hace rápidamente.
Sin embargo, hasta que no hayan más investigaciones, no se podrá administrar: sus efectos secundarios afectan a la memoria y otras funciones cognitivas. Pero a corto plazo, los resultados son prometedores.
La investigación, realizada en el Instituto Peter O’Donnell, en Dallas, estuvo encabezado por Lisa Monteggia, que declara que «ahora tenemos un objetivo, una línea de meta, para desarrollar un fármaco que induzca de forma segura la depresión».
La ketamina, para producir este efecto antidepresivo, lo que hace es bloquear el receptor N-metil-D-aspartato (NMDA), lo que provoca un alivio inmediato. Para la doctora, este es un hecho clave: «debido a que la ketamina no actúa en la serotonina, que es el antidepresivo clásico, nuestro estudio abre una nueva vía para el descubrimiento de fármacos casi inmediatos».