Investigadores restauran la conciencia a un paciente en estado vegetativo
Científicos del Centro Nacional Francés de Investigación Científica han utilizado la estimulación nerviosa para inducir signos de conciencia en un hombre que ha pasado en estado vegetativo casi la mitad de su vida. La persona está lejos de poder despertarse aún, pero su caso demuestra que la conciencia puede ser restaurada después de un tiempo mucho más largo del que se pensaba.
El nervio vago conecta el cerebro con el intestino, junto con otras partes del cuerpo. Se ha demostrado que la estimulación de esta zona a menudo ofrece beneficios en personas con depresión o ansiedad; también, se sabe que tiene un papel clave en el proceso de despertar del sueño, y en mantenerse alerta. Juntando estas piezas, la doctora Angela Sirigu se preguntó si también podría jugar un papel clave en la restauración de la conciencia de los pacientes con síndrome de vigilia sin respuesta.
Cuanto más tiempo esté una persona en estado vegetativo, menos probable es que se recupere. Con el fin de estar segura de que sus avances eran prometedores, la doctora Angela Sirigu buscó el paciente que había pasado el mayor tiempo sin mejoría. El individuo elegido tuvo un accidente automovilístico a los 20 años, permaneciendo en estado vegetativo durante los últimos 15 años.
Las probabilidades de mejoría tras tiempo en dicho estado por culpa de un traumatismo son harto complicadas. Un estudio realizado por el BMJ Journal of Neurology muestra los siguientes datos:
- Tras un mes en estado vegetativo, hay el 54% de que el paciente recupere la conciencia, 18% de que se quede en estado vegetativo y 28% de que fallezca.
- Tras tres meses en estado vegetativo, hay el 39% de que el paciente recupere la conciencia, 30% de que se quede en estado vegetativo y 31% de que fallezca.
- Tras seis meses en estado vegetativo, hay el 19% de que el paciente recupere la conciencia, 53% de que se quede en estado vegetativo y 31% de que fallezca.
Tras un mes de estimulación del nervio vago con una corriente eléctrica, el hombre fue capaz de girar su cabeza por su voluntad. Sus ojos podían seguir un objeto en movimiento y parecía estar más despierto cuando se le leía. También abrió espontáneamente los ojos cuando alguien se acercaba rápidamente a él.
El Current Biology informa de que el paciente, según lo mostrado en el electroencefalograma, mejoró en su actividad cerebral, incluso en las ondas teta utilizadas para definir las diferencias entre los estados de conciencia. Se encontró también un aumento de la actividad metabólica en la corteza y la subcórtex, lo que indicaba la necesidad de mayor energía entre las células cerebrales.
Estas pruebas hicieron a los médicos elevar el estado del paciente a «conciencia mínima» y a Angela Sirigu a declarar que «la plasticidad cerebral y la reparación del cerebro siguen siendo posibles incluso cuando la esperanza parece haber desaparecido«.