Hassani, el antagonista de las minas
Actualmente la palabra guerra no nos resulta muy lejana. ¿Cuándo, en algún canal de noticias, no se menciona? Algunos de nosotros no nos hemos encontrado en medio de una guerra, pero el protagonista de este artículo, Massoud Hassani, la vivió de primera mano.
Massoud Hassani pasó su infancia en Kabul (Afganistán). Él y sus amigos construían objetos a partir de materiales muy económicos y a la vez, estos funcionaban gracias al aire que soplaba continuamente en la explanada en la que se divertían, pues el juego consistía en ver cuál era el que más corría de todos ellos. Dicha explanada contenía decenas de minas activadas y como resultado de ello, la mayoría de la gente conocía personas que habían sido mutiladas o muertas.
A raíz de la muerte de su padre, la familia de Hassani emigró y después de un largo viaje, se instalaron finalmente en los Países Bajos donde estudió diseño. Para uno de sus proyectos, se apoyó en las competiciones que realizaba junto a sus amigos para construir un objeto que tuviera una gran utilidad, en este caso, desactivar minas. Mine Kafon, nombre de dicho objeto, es lo bastante ligero para que pueda ser movido por el viento pero a la vez lo bastante pesado para que una mina explote. En el momento de la detonación, únicamente pierde tres o cuatro “extremidades” de las decenas que tiene (su aspecto físico se puede apreciar en la imagen). Aunque es una idea innovadora, el precio aproximadamente de este objeto cuesta solamente cuarenta euros lo que motiva a que lugares con pocos recursos económicos puedan hacerse con él.
Aunque siempre se relacione la idea de diseño con la de estética, Hassani demuestra que con un poco de creatividad se pueden hacer grandes cosas.