Está bien y nos es más cómodo hacer uso de la tecnología para tomar apuntes en clase: es funcional y rápido, lo que escribimos se queda plasmado en un documento que no hace uso del papel sin tener que usar carpetas o cuadernos, es más cómodo de estructurar, los apuntes no se extravían y los archivos pueden ser compartidos con total facilidad. Hasta este punto, son todos beneficios, pero varios estudios han demostrado que hacer uso de las manos para escribir es mucho mejor para aprender.
En la Universidad de California (UCLA) se llevó a cabo un estudio en el que los resultados demostraron que los estudiantes que escriben a mano para tomar apuntes almacenar mejor en la memoria lo que escriben que los sujetos que lo hacen con tabletas o portátiles.
Por lo visto, cuando escribimos en un teclado lo hacemos más rápido que si escribimos a mano, ya que trasladamos a la pantalla, la mayoría de las cosas que dice el profesor incluso sin estar atentos a lo que las palabras significan. Sin embargo, al escribir a mano necesitamos trasladar las imágenes mentales de lo que escuchamos para poder representarlo en letras y números.
Escribir a mano supone que tenemos que oír y resumir de manera automática para elegir lo más esencial de lo que nos comentan. Este es un proceso mental que tiene una cierta complejidad y logra que podamos memorizar o retengamos mucho más lo que hemos apuntado.
