¿Es posible el trasplante de cabeza?
Valery Spiridonov es un hombre de 30 años nacido en Rusia y residente en Vladimir, a 170 kilómetros de Moscú. Cuando era niño, al poco de aprender a andar empezó a perder masa muscular y le detectaron una terrible patología, la enfermedad de Werdnig-Hoffman, que afecta a las neuronas de la médula espinal y hace que la persona quede completamente inmovilizada. Valery no recuerda un momento de su vida sin compartirlo con su inseparable silla, de la que depende completamente, pero quiere dar un paso más allá y tener la vida que no se le permitió vivir: quiere trasplantar su cabeza a otro cuerpo.
La propuesta ha conllevado multitud de opiniones. Unos creen que es la solución que Valery se merece por su enfermedad y que puede ser un gran paso en la ciencia; otros opinan que no se puede jugar a ser Dios y que este hombre no saldrá de la operación. Pero Valery lo tiene claro: «la operación será un éxito pase lo que pase: o logro un cuerpo sano, o aportaré datos muy relevantes para la ciencia».
Sergio Canavero, neurocirujano, es el profesional que quiere llevar a cabo dicha operación. El italiano afirma que tiene otras cincuenta personas interesadas en realizar el mismo paso que Valery, la mayoría transexuales que quieren sentirse en el cuerpo de otro sexo, y que está dispuesto a llevar a cabo el experimento: «con un equipo de 150 personas, 36 horas de quirófano, y diez millones de euros se podría trasplantar una cabeza».
La duda es cómo será posible realizar tal operación, y cómo unir las fibras nerviosas que salen del sistema nervioso central y llegar a la médula espinal, para así poder tener movilidad. El neurocirujano está convencido de poder llevar a cabo dicha unión con la ayuda de una sustancia química llamada polietilenglicol, que actúa como adhesivo.
La operación está prevista para ser producida 2017. Valery estará en coma inducido durante 4 semanas tras la intervención para mantenerlo inmóvil. Al despertarlo, el doctor Canavero cree que estará capacitado para moverse y hablar, pudiendo llegar a caminar con un año de fisioterapia intensa.
La hipótesis está planteada, y el paciente preparado para que el trasplante de cabeza se lleve a cabo. Lo que ocurra después, una incógnita.