¿Es la tripofobia una fobia real?
Si, como yo, has tenido una reacción visceral a la imagen de este artículo, que hace que tengas la piel de gallina, que tu estómago se retuerza y que te chirríen los dientes, probablemente seas tripofóbico. De acuerdo a su definición, la tripofobia es la repulsión a los agujeros agrupados, por lo general pequeños, y que comparten una misma superficie, y que provoca una sensación general de malestar.
Pero la tripofobia no es una fobia oficial reconocida en la literatura científica. Incluso, para muchos que la sufrimos, es probable que ni la consideremos una fobia real. De hecho, la American Psychiatric Association y su Estadística y Diagnóstico de los Trastornos Mentales se refiere a ella como una simple «rutina».
Según Martin Antony, psicólogo de la Universidad de Ryerson, en Toronto, y expresidente de la Asociación Canadiense de Psicología y autor del libro El Libro de Trabajo Contra la Ansiedad, con la excepción de algunos términos muy extendidos (como la agorafobia, claustrofobia y aracnofobia, entre ellos), los profesionales que estudian y tratan las fobias tienden a no utilizar terminación latina o griega para la gran mayoría de los temores humanos.
Antony no se sorprendió al escuchar que algunas personas tienen aversión intensa a las agrupaciones de agujeros porque «la gente puede tener miedo de absolutamente todo». Los factores que contribuyen a miedos y fobias incluyen experiencias traumáticas (ser mordido por un perro te lleva a tenerles miedo, por ejemplo), el aprendizaje por observación (ver a otros tener miedo a las alturas), información (aprender a temer estar solo a oscuras tras ver demasiadas películas de miedo), y diversos factores biológicos (como una predisposición hereditaria a la ansiedad. «A pesar de que la mayoría de estudios sobre las causas de los temores se han centrado en los más comunes, tales como las arañas o las serpientes, no hay una razón para pensar que otros factores menos comunes sean responsables de los temores más inusuales», afirma Antony.
La tripofobia, de hecho, puede ser contagiosa. Un elemento llamado contagio emocional parece ser una de las razones de la viralización de esta «fobia» en internet, sobre todo en Facebook, donde algunos miembros del grupo afirman no haberse dado cuenta de que eran tripofóbicos hasta que comenzaron a leer los comentarios de los demás y hacer click en las imágenes. «No es inusual reír más intensamente durante una película si a tu alrededor se están riendo. De la misma manera, podemos ser más propensos a experimentar el miedo en un momento particular, si los que nos rodean tienen miedo», explica Antony.
El miedo y la repugnancia a menudo van de la mano. «Evolutivamente hablando, casi todas las cosas que despiertan un fuerte disgusto -arañas, ratones, sangre, vómitos- son cosas que podrían haber sido desencadenantes de una enfermedad».
Así pues, como puedes comprobar, hay disparidad de opiniones. ¿Tú qué crees?