Embriones de tiburón se devoran unos a otros en el útero materno
Suena algo macabro, pero lo cierto es que se han registrado varios casos en los que los embriones de tiburón se devoran unos a otros en el vientre materno. Ya en 1980, las autopsias revelaron que los estómagos de las crías de tiburón albergaban embriones hermanos. Así que los científicos ya conocían, desde hace tiempo, estos fenómenos de canibalismo intrauterino. Sin embargo, no eran capaces de explicar el motivo. Ahora, científicos de la Universidad de Stony Brook, de Nueva York, creen entender el origen de estos ataques tan prematuros: se trata de hijos de padres diferentes disputándose el “derecho a nacer”.
En la investigación publicada en Biology Letters, el equipo de biólogos liderado por Demian Chapman, analizó a los embriones de tiburones toro (Carcharias taurus) durante las diversas etapas de la gestación. Las hembras con un embarazo avanzado solo conservaban dos embriones. Sin embargo, las hembras que se encontraban en una etapa más temprana de la gestación, albergaban, en el útero, hasta 12 embriones. Los tiburones toro llegan a mediar hasta 2.5 metros y dan a luz a crías de aproximadamente 1 metro, así que, dadas las medidas, no es de extrañar que las madres tiburón solo puedan dar a luz, como máximo, a dos crías por gestación.
Anteriormente, ya se sabía que este tipo de canibalismo sucede a partir de los cinco meses de gestación, pero los científicos descubrieron, llevando a cabo análisis en muestras de ADN (para confirmar la paternidad), que cuanto más avanzaba la gestación, mayores eran las posibilidades de que los hijos restantes fueran de un solo padre.
Esto sugiere que el canibalismo en el útero es un mecanismo a través del cual los machos ganadores garantizan la futura paternidad de sus crías y con ello, la propagación de los genes del padre. Se podría decir que, en los tiburones, la lucha por la paternidad va más allá de la competencia por la fecundación, a diferencia de la mayoría de especies del reino animal.
Al final, el macho perdedor se ha dedicado, sin quererlo y muy lejos de su intención, a proporcionar alimentos para el hijo del macho rival.
“Básicamente el padre perdedor ofrece comida a las crías del padre vencedor”, dijo Chapman a LiveScience.
Al interior del útero los tiburones luchan por la supervivencia hasta que solo resta el más viejo y grande (por ser el más fuerte) y su hermano. La investigación reveló que los primeros objetivos del más grande eran los medios hermanos, es decir, los que procedían de otro padre.