¿El suero de la verdad funciona de verdad?
El pentotal sódico
Se remonta a los tiempos de la Primera Guerra Mundial. El doctor Robert House documentó lo que sucedía con las mujeres parturientas al administrarles escopolamina. Era un simple analgésico, pero las hacía hablar más de la cuenta. Una vez que pasaba el efecto, lo usual era que solo quedaran lagunas en la memoria. Poco después se barajó la posibilidad de que esto fuera usado para inducir a las personas a decir la verdad. Pero, ¿en realidad el suero de la verdad funciona?
En 1931 la revista de ciencia policial American Journal of Police Science publicó un artículo al respecto. Analizaba los posibles usos de la escopolamina a nivel judicial. En sus inicios se empleó para probar la inocencia de los acusados. De esta forma, si bajo los efectos farmacológicos admitían su inocencia, se daba por válido como argumento legal.
El famoso pentotal sódico
Es el pentotal sódico o tiopentato, el nombre científico del llamado “suero de la verdad”. Se trata de un fármaco derivado del ácido barbitúrico. Era un hipnótico muy popular a mediados del siglo veinte entre las personas que tenían problemas para dormir. En 1934 el pentotal sódico fue empleado como agente inductor de la anestesia en las intervenciones quirúrgicas. Esto fue previo a otros fármacos. El pentotal sódico puede ser administrado en nuestro organismo por vía intravenosa o intramuscular.
Después de su administración el escenario tan deseado por los “interrogadores” tan sólo dura entre cinco y diez minutos. Tiempo durante el cual nuestro cerebro no censura la conversación ante posibles preguntas inoportunas. Al igual que sucedía con la escopolamina, cuando el efecto farmacológico desaparecía el sujeto era incapaz de recordar aspectos concretos de la conversación.
Durante la Segunda Guerra Mundial lo usaron algunos médicos militares familiarizados con estos fármacos. Se especializaron en los interrogatorios para extraer información privilegiada a los prisioneros.
Dudas de verdad
Se pone gran confianza en el suero de la verdad. Pero lo cierto es que su fiabilidad está muy lejos de alcanzar el cien por cien de resultados. Es imposible saber con certeza absoluta si la persona sometida al “control químico” está respondiendo de forma veraz a las preguntas planteadas.
Los científicos han observado que hay una serie de factores que pueden contribuir a aumentar su efectividad. Por una parte, la edad de los pacientes. Por otra, la disfunción cognitiva, la existencia de un cierto declive cognitivo facilita la desinhibición.
El tiopentotato no es un fármaco inocuo, a altas dosis puede producir una parada cardiorrespiratoria. En algunos estados norteamericanos se ha empleado durante mucho tiempo para ejecutar a los condenados a muerte. La fórmula química incluía pentotal sódico, cloruro de potasio y bromuro de pancuronio. Un preparado que inducía de forma rápida un estado de coma al que seguía el fallecimiento del reo.