El primer huevo fósil de la Antártida
Lo llamaron cinematográficamente «The Thing». Era un misterioso fósil hallado en la Antártida. Parecía un balón desinflado. Estuvo por años sin identificar en el Museo de Historia Nacional de Chile. Resultó ser el primer huevo fósil de la Antártida. Su edad es alrededor de 66 millones de años: a la vuelta de la esquina.
Mide 28 x 7 centímetros. Es el huevo de cáscara blanda más grande jamás descubierto. Los científicos creen que fue puesto por un reptil marino gigante extinto, como un mosasaurio.
No es de dinosaurio
“Es de un animal del tamaño de un dinosaurio grande. Pero es completamente diferente a un huevo de dinosaurio” precisa en un comunicado el autor principal Lucas Legendre. Es investigador postdoctoral en la Jackson School of Geosciences de UT.
El coautor es David Rubilar-Rogers, del Museo de Historia Natural de Chile. Fue uno de los científicos que descubrió el fósil en 2011.
Legendre encontró varias capas de membrana que confirmaron que el fósil era en realidad un huevo. La estructura es muy similar a los huevos transparentes de eclosión rápida que ponen algunas serpientes y lagartijas hoy. Legendre tuvo que usar otros medios para concentrarse en el tipo de reptil que lo puso.
Comparó el tamaño del cuerpo de 259 reptiles vivos con el tamaño de sus huevos. Descubrió que el reptil que puso el huevo habría tenido más de 6 metros de largo. Un antiguo reptil marino cumple los requisitos.
Teorías sobre cómo ponerlos
La formación rocosa donde se descubrió el huevo también alberga esqueletos de bebés mosasaurios y plesiosaurios. «Muchos autores han planteado la hipótesis de que este era un tipo de vivero. Tal vez con aguas poco profundas protegidas. Un entorno de ensenada donde los jóvenes habrían tenido un entorno tranquilo para crecer», señala Legendre.
El documento no entra en cómo el antiguo reptil podría haber puesto los huevos. Los investigadores tienen dos ideas en competencia. Una implica la eclosión del huevo en aguas abiertas. Es la forma en que dan a luz algunas especies de serpientes marinas.
La otra dice que el reptil deposita los huevos en una playa y las crías vuelven al océano como las tortugas marinas. Este enfoque dependería de algunas maniobras de la madre. Los reptiles marinos gigantes eran demasiado pesados para soportar su peso corporal en tierra. Poner los huevos requeriría que el reptil meneara la cola en la orilla mientras permanecía sumergido y sostenido por agua.
El primer huevo fósil de la Antártida es como una oportunidad de imaginar un mundo perdido. Y vale la pena seguir estudiándolo.