El cocodrilo que comía dinosaurios
El más aterrador de la historia
Los dinosaurios, esos monstruos que reinaron durante millones de años, le temían a algo. Sucedió a finales del Cretácico. En ese tiempo existió un mar interior en la actual América del Norte. Los dinosaurios se acercaban a beber, desprevenidos. No sabían que la muerte los acechaba. Una muerte en forma de un ataque terrible y feroz. Se trataba nada menos que del Deinosuchus, el cocodrilo que comía dinosaurios.
Dientes gigantes
Fue el mayor carnívoro de aquel entorno semi-acuático. Sus dientes tenían el tamaño de plátanos. Podían clavarse en los dinosaurios más incautos y provocar daños masivos. Su cuerpo era similar al de un cocodrilo actual. Pero alcanzaba los 10 metros de largo.
Los fósiles del género Deinosuchus han sido estudiados desde 1850. Pero hay un nuevo descubrimiento al respecto. Se publicó una investigación en «Vertebrate Paleontology» llevada a cabo por científicos de la universidad de Iowa. Concluye que existen tres especies de este grupo y no dos, como se pensaba antes. Se trata de D. riograndensis, D. hatcheri y una nueva, D. schwimmeri.
«Deinosuchus fue un verdadero gigante. Debió aterrorizar a los dinosaurios que se acercaban al borde del agua para vivir», dice Adam Cossette. Es director del estudio e investigador en el Instituto Tecnológico de Nueva York. Hasta ahora, el tamaño completo de esta criatura era desconocido. Pero con los especímenes que hemos examinado, lo hemos revelado. Era un extraño y monstruoso depredador, con dientes del tamaño de plátanos».
Nichos de evolución
Cossette explica cómo las tres especies de Deinosuchus surgieron. Fue después de que un proceso geológico dividiera el mar interior de América del Norte por la mitad. Se formaron tres ambientes diferentes en los que con el tiempo se desarrollaron las tres especies.
Estas criaturas están entre los cocodrilos más grandes y aterradores que han existido nunca. Christopher Brochu es coautor del trabajo. Dice que la existencia de estas tres especies muestra que «los cocodrilos no son «fósiles vivientes». No es que no hayan cambiado desde la época de los dinosaurios. Sino que evolucionaron tan dinámicamente como cualquier otro grupo».
Los investigadores concluyen que D. riograndensis y D. hatcheri vivieron al oeste de América del Norte. Debió ser entre Montana y la parte norte de México. Y D. schwimmeri vivió en la costa atlántica, entre New Jersey y Mississippi.
Los fósiles muestran que fueron los reyes de su tiempo. «En el momento en que vivieron en el este de Estados Unidos, no había nada más grande», dijo David Schwimmer. Es un investigador no implicado en el estudio. Pero su nombre es el origen del nombre de la nueva especie. Es un homenaje a sus importantes contribuciones al campo.
Mordidas de millones de años
Según Schwimmer, hay una gran pregunta abierta. Existen enormes marcas de los dientes de Deinosuchus en huesos de dinosaurios. Sí, pero no se sabe si lo hicieron cuando cazaban o sencillamente carroñeaban.
«Mi apuesta es que eran depredadores», comenta Schwimmer. «Esta criatura era lo suficientemente grande como para acabar con la mayoría de los dinosaurios. Además, la mayoría de las marcas las hemos encontrado en huesos de patas y colas. Precisamente el lugar dónde les cogerías si quisieras agarrar a un dinosaurio».
Sí, el cocodrilo que comía dinosaurios debió ser un verdadero monstruo. La ferocidad de sus ataques perduró en los restos de sus presas hasta el día de hoy. Como para eternizar el terror que infundaba.