Se sabe que nuestro cerebro va cambiando con el tiempo. Pero existe un entorno en el que esto se hace más evidente: el espacio exterior. Sus particulares condiciones propician una veloz adaptación. El cerebro de los astronautas cambia en el espacio. ¿Cómo lo hace?
Sensorialmente distinto
Los cerebros de los astronautas se “reconectan” durante los vuelos espaciales de larga duración. Facilita la adaptación al entorno inusual. El estudio se publicó en Frontiers in Neural Circuits.
La Universidad de Amberes en Bélgica dirigió la investigación. Estudiaron a cosmonautas rusos que habían estado en el espacio un promedio de 172 días. Detectaron cambios microestructurales significativos. Aparecen en los sensoriomotores, responsables del procesamiento sensorial y motor.
Es crucial comprender los efectos de los vuelos espaciales en el cerebro humano. El autor principal de la investigación es Floris Wuyts. Explican que la materia blanca es el canal de comunicación del cerebro. Y la materia gris es donde se realiza el procesamiento de la información. Usando una técnica de imágenes cerebrales, obtuvieron una especie de esquema de cableado del cerebro. Realizaron resonancias magnéticas de 12 cosmonautas antes y después de sus vuelos espaciales. Hallaron pruebas del concepto de “cerebro aprendido”. ¿Qué es? El nivel de neuroplasticidad que tiene el órgano para adaptarse a los vuelos espaciales.
Previsión oportuna
Ante la ausencia de gravedad, un astronauta adapta drásticamente sus estrategias de movimiento. Esta modificación es visible a la luz de las resonancias magnéticas. Siete meses después de que regresaron a la Tierra, los cambios del vuelo espacial aún eran visibles en el cerebro.
Si el cerebro de los astronautas cambia en el espacio, es crucial entender cuánto. ¿Cómo afectan los vuelos espaciales nuestro cuerpo? Hay contramedidas para la pérdida de masa muscular y ósea. Por ejemplo, hacer ejercicio durante un mínimo de dos horas al día. Pero, definir las contramedidas para el cerebro también es indispensable.
