El árbol que podría limpiar el planeta
La contaminación ambiental alcanza todas las latitudes. En el mar, en la tierra, en el cielo, los microplásticos son una plaga contaminante. ¿Cómo afrontar este reto mayúsculo? Una de las formas es, en apariencia, muy simple. Lo que ayudaría es sembrar el árbol que podría limpiar el planeta. ¿Cuál? El abedul.
Absorbiendo plástico
Un equipo de científicos alemanes descubrió una interesante forma de limpiar la tierra de microplásticos. Para ello cuentan con la ayuda de betula, una especie de árboles de la familia betulaceae. Comúnmente es llamado abedul.
¿Quién hizo la investigación? La llevaron a cabo los científicos del Leibniz Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries. Concluyeron algo que involucra a los abedules. Pueden ayudar a combatir los microplásticos que contaminan la tierra.
Para comprobarlo, los investigadores realizaron un experimento. Consistía en humedecer con colorante fluorescente partículas de microplástico de un tamaño de entre 5 y 50 micrómetros. Luego fueron añadidos a recipientes con tierra. En el mismo lugar, se colocaron brotes de abedules.
Después de cinco meses, se examinaron las plantas al microscopio. Descubrieron que su sistema radicular había absorbido entre el 5 y el 17% de las micropartículas.
La autora del estudio es Kat Austen. Considera que esta investigación debe aún profundizarse. Espera determinar con precisión la efectividad de esta especie de árboles en la absorción de microplásticos. También deben evaluar el efecto de este en la salud de las plantas.
Arreglando el planeta
«Este es un estudio piloto. Sugiere que el abedul tiene un potencial real para las soluciones de remediación de la tierra a largo plazo. Incluida la reducción de la cantidad de microplásticos en el suelo y posiblemente en el agua».
El árbol que podría limpiar el planeta podría marcar la diferencia. Los datos del Leibniz Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries son alarmantes. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en todo el mundo. Se estima que un tercio de todos estos terminan en la tierra o en aguas dulces.