El algoritmo que predice la esquizofrenia
Lo crearon unos investigadores chilenos. Se basa en biomarcadores del lenguaje hablado. Gracias a eso, se desarrolló el algoritmo que predice la esquizofrenia. Una herramienta de gran potencial para el diagnóstico de esta enfermedad mental.
La Facultad de Medicina de la Universidad de Chile impulsó el proyecto. Lideró Alicia Figueroa Barra, especialista en lingüística clínica aplicada a la psiquiatría y el estudio de la esquizofrenia.
Factores relevantes
Se hizo un análisis automatizado del lenguaje de 133 sujetos de estudio hispanohablantes. 49 sanas; 40 con un primer brote psicótico y 44 personas con esquizofrenia crónica. Detectaron 30 características del lenguaje hablado, agrupadas en tres variables.
Fluidez verbal: toma en cuenta la continuidad del discurso, incluyendo las pausas y dudas del hablante. Así, las personas con un brote psicótico tenían pausas del discurso más largas.
Productividad verbal: se trata de la habilidad de pronunciar un número de palabras y oraciones. La «pobreza de discurso» es característica propia del lenguaje de las personas con esquizofrenia.
Coherencia semántica: es la organización lógica del significado en el discurso. Pacientes con esquizofrenia suelen cambiar de tema de forma repentina durante la conversación. Es decir, usan palabras erróneas que afectan la referencialidad y la concordancia de lo que dicen.
«Entrenamos un algoritmo de clasificación automático. La coherencia es la característica más relevante», explicó el ingeniero en Computación Mauricio Cerda. Es uno de los investigadores del estudio.
Información cuantificable
Se combinó con otras herramientas de diagnóstico de la enfermedad, como datos demográficos y respuestas en pruebas PANSS. Son usadas en el diagnóstico de esquizofrenia. Se logró una exactitud del 77,5% para predecir si un paciente tendría esquizofrenia.
Por tanto, es información concreta, medible y cuantificable. Gracias a esto, el algoritmo que predice la esquizofrenia es una herramienta clara de apoyo. Mejoraría la detección temprana de la enfermedad.
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«Entonces, gracias al análisis del lenguaje podemos ahorrar intervenciones costosas para el paciente. En lo emocional y económico», aseguró la lingüista Figueroa Barra.