Cuando la Antártida estuvo en llamas
Parece que solo hubo hielo allí, eternamente. Pero no es así. La Antártida fue perturbada por frecuentes incendios forestales. Hace 75 millones de años, los episodios volcánicos transformaron el paisaje. Fue el tiempo cuando la Antártida estuvo en llamas.
Lo demuestran muestras paleontológicas recolectadas en la Isla Rey Jorge, en la Península Antártica. Una evidencia anterior data del 2015. Pero ahora se demostró que esto ocurría con frecuencia, durante el período Cretácico. El nuevo trabajo se publicó en la revista Frontiers in Earth Science.
Modelando el futuro
Es vital comprender la evolución ambiental de nuestro planeta. «Son herramientas fundamentales para la construcción de escenarios y modelos actuales. Nos ayuda a la conservación de la biota actual», explican los investigadores.
El continente antártico cada vez más despierta interés investigador para una mejor comprensión. Es el continente que mejor conserva sus características ambientales, siendo un verdadero laboratorio natural. No siempre ocupó la posición geográfica que tiene estos días. A lo largo de las eras geológicas, se movió y cambió debido a los constantes movimientos tectónicos.
En tiempos remotos tuvo una gran diversidad de especies que componían y/o habitaban grandes bosques. Y dejaron sus huellas a través del registro paleobotánico conservado en diferentes contextos geológicos de la Antártida.
Antiguo paisaje
Los incendios forestales son elementos moldeadores muy comunes en los ambientes terrestres. Se evidencian, entre otras formas, por la presencia de carbón fosilizado. Diferentes factores influyen en la ocurrencia, frecuencia e intensidad de los incendios naturales en los ecosistemas. El clima estacional, la disponibilidad de material vegetal o la humedad están entre estos.
¿Qué plantas había cuando la Antártida estuvo en llamas? El análisis de estos fragmentos de fósiles vegetales carbonizados recuperados lo dice. Permitieron caracterizar la vegetación quemada, compuesta principalmente por plantas conocidas como gimnospermas.
“Las nubes de ceniza calentadas llegaron a los bosques. Y provocaron el inicio de incendios de vegetación natural», dice los paleontólogos. Cuesta imaginarlo. Pero alguna vez, allí donde hay hielo ahora, hubo un gran incendio arrasando la profusa vegetación.