Crean un útero artificial para crecer corderos prematuros
En un increíble avance en la ciencia médica, un grupo de investigadores del Centro de Diagnóstico y Tratamiento Fetal del Hospital de Niños de Filadelfia ha desarrollado un útero artificial que es capaz de hacer crecer corderos prematuros hasta un mes.
El sistema imita eficazmente las condiciones dentro de un matriz, con el recipiente llenado de un líquido que imita al líquido amniótico. Mientras los pulmones se están desarrollado, estos son incapaces de respirar oxígeno atmosférico, permitiendo al feto en desarrollo respirar el líquido amniótico artificial que fluye dentro y fuera de la bolsa. También contiene todos los nutrientes necesarios y los factores de crecimiento para un desarrollo saludable.
Los avances en la medicina en los últimos años han visto incrementar enormemente la tasa de supervivencia de los bebés prematuros, puesto que ahora un bebé que nace con tan solo 23 semanas de gestación tiene hasta un 50% de sobrevivir. Pero estos se enfrentan a una drástica reducción de la calidad de vida.
«Estos niños tienen una necesidad urgente de un puente entre el vientre de la madre y el mundo exterior», explica Alan Flake, autor principal del artículo, publicado en Nature Communications. «Si podemos desarrollar un sistema extra-uterino para apoyar el crecimiento y la maduración de los órganos unas pocas semanas, podemos mejorar dramáticamente los resultados para los bebés prematuros extremos».
Para probar esta investigación, los expertos probaron el nuevo sistema en corderos prematuros, con una equivalencia a unas 23-24 semanas de gestación humana. Colocado en la bolsa de película de fluido, los cordones umbilicales se unieron entonces a un oxigenador externo que imitaba la placenta de una madre. Esto permitió al propio corazón del feto bombear la sangre alrededor del cuerpo y fuera de la matriz, sin la necesidad de una bomba externa, hecho que puede sobrecargar a los corazones subdesarrollados con consecuencias fatales.
El cordero fue sellado en la bolsa, aislado en un ambiente estéril, y protegido de cambios de presión y de la luz durante 28 días, tiempo durante el cual permanecieron sanos y se desarrollaron de forma natural, respirando normalmente, abriendo los ojos, moviéndose e incluso les creció algo de lana.
Los investigadores están trabajando ahora en la adaptación a la versión humana. Se espera que esta investigación establezca un precedente de cómo los bebés prematuros son tratados y cuidados.